LA COMPETITIVIDAD PERUANA A NIVEL GLOBAL

De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), existe una correlación directa entre la competitividad de un país y su nivel de ingresos. Así, el WEF elabora año tras año un índice que evalúa y compara la competitividad de distintas economías del mundo, medido a través de doce pilares que funcionan como columna vertebral en toda nación: instituciones, infraestructura, adopción de TIC (tecnologías de la información y la comunicación), estabilidad macroeconómica, salud de los individuos, habilidades de la fuerza laboral, mercado de productos, mercado laboral, sistema financiero, tamaño de mercado, dinamismo del sector privado y capacidad de innovación.

En la edición de 2018, el Perú se quedó casi a la mitad de la tabla, al ocupar el puesto 63 de 140 economías, con un puntaje de 61.3 sobre 100. Este resultado lo ubicó por debajo del de otros países latinoamericanos, como Chile (33), México (46), Uruguay (53), Costa Rica (55) y Colombia (60); y representó una caída de tres posiciones respecto a nuestro puesto en 2017.

LO BUENO

El Perú obtuvo excelentes resultados en dos de los doce pilares evaluados. Por un lado, en estabilidad macroeconómica, que analiza básicamente el nivel de inflación y la sostenibilidad de la política fiscal, obtuvimos el primer puesto a nivel global, con una puntuación de 100 sobre 100, junto con otras 31 economías que obtuvieron la misma calificación. Cabe destacar que, de nuestros socios de la Alianza del Pacífico (AP), solo Chile logró ocupar la primera posición con nosotros. México y Colombia obtuvieron los puestos 35 y 56, respectivamente.

Por otro lado, en el pilar de salud, medido a través de la expectativa de vida de la población, obtuvimos un puntaje de 93.3 sobre 100, y ocupamos el puesto 31. Estuvieron muy cerca también Chile (30) y Colombia (35). En este pilar, el primer puesto fue ocupado por Hong Kong, Japón, Singapur y España.

LO MÁS O MENOS

En los pilares de infraestructura, tamaño de mercado y sistema financiero obtuvimos puntajes de 62.4, 61.6, 60.5, y nos ubicamos en los puestos 85, 49 y 63, respectivamente. Aunque en estos tres nos encontramos por encima del puntaje promedio latinoamericano, aún queda mucho por mejorar. En infraestructura, por ejemplo, si bien el Perú consiguió su tercera mejor calificación, eso solo alcanzó para ubicarnos en la segunda mitad de la tabla, muy cerca del tercio inferior. Esto se debe a que, pese a tener un mejor desempeño respecto de 2017, el resto de países mejoraron mucho más que nosotros. Destacaron en este pilar Chile y México, nuestros socios de la AP, que obtuvieron los puestos 41 y 49, respectivamente.

LO MALO

Nuestra capacidad de innovación fue el pilar en el que registramos el peor desempeño. Con un puntaje de 31.9 sobre 100 (que nos colocó en el puesto 89), no solo nos ubicamos por debajo del promedio latinoamericano, sino también bastante detrás de nuestros socios de la AP. El reducido gasto en investigación y desarrollo (I+D), así como la baja solicitud de patentes locales y patentes con coinventores extranjeros, fueron los principales factores que explicaron el bajo desempeño.

Le siguió el pilar de adopción de TIC, en el que obtuvimos un puntaje de 43.9 y ocupamos el puesto 94, principalmente por la baja penetración de internet; y el pilar de instituciones, en el cual obtuvimos un puntaje de 50.2 y el puesto 90 a nivel global. Cabe destacar que el crimen organizado, la confianza en el servicio policial y la independencia judicial fueron, justamente, los componentes con peor calificación respecto de las economías del mundo, con los puestos 129, 136 y 115, respectivamente.

Es claro que aún nos falta mucho, no solo si nos comparamos con socios regionales, como los de la AP, sino, sobre todo, al compararnos con economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), bloque que esperamos pronto integrar. Ya que EE.UU., Singapur, Alemania, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Finlandia son los principales referentes en este ranking de competitividad, las preguntas clave son qué están haciendo ellos y qué podemos hacer nosotros. En las próximas entregas, analizaremos en forma detallada cada uno de los pilares de este ranking.

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