De
acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), Corea del Sur es la
quinta economía más grande de Asia[1], con un crecimiento estimado del 3% para
el presente año, una población de casi 52 millones de habitantes y un PBI per
cápita de US$ 32,770. Conscientes de su posicionamiento en el mercado global,
suscribimos un acuerdo de libre comercio (ALC) con este país, el cual entró en
vigencia el 1 de agosto de 2011.
Como
todo acuerdo comercial, uno de los objetivos del mencionado ALC fue incrementar
el flujo de comercio entre ambos países. En esa línea, y tal como lo discutimos
en el Semanario N.º 929, de acuerdo con cifras de la Sunat, entre 2011 y 2017, las
exportaciones peruanas a Corea del Sur crecieron un 26% en términos acumulados,
una tasa promedio anual del 4%. Más aún, en los primeros seis meses de 2018,
dicho país se ubicó tercero en nuestro ranking de envíos, con un valor
de US$ 1,523 millones, lo que representó un crecimiento del 62.1% con respecto
al mismo periodo de 2017.
Por
su parte, en el periodo enero-junio de 2018, las exportaciones tradicionales
representaron el 87% de nuestros envíos a Corea del Sur, alcanzando un valor de
US$ 1,330 millones. Asimismo, aumentaron un 60.3% respecto del mismo periodo de
2017. Dentro de este rubro, los principales sectores fueron el minero (US$
1,028 millones; +31.4%) y el de petróleo y derivados (US$ 289 millones;
+708.2%). Por otro lado, el rubro no tradicional de nuestras exportaciones a
Corea del Sur explicó un 13% de estas, al alcanzar un valor de US$ 193 millones
y un crecimiento del 75.5%, liderado por los envíos agropecuarios (US$ 79
millones; +98.7%).
OPORTUNIDADES
LATENTES
Sin
embargo, a pesar del ALC, aún debemos cumplir ciertos requisitos para
diversificar nuestras exportaciones hacia Corea del Sur. Un ejemplo de esto es
el sector agropecuario, pues para que nuestros productos puedan ingresar a
dicho mercado es necesario demostrar el seguimiento de un protocolo
fitosanitario que asegure un eficiente control de plagas, así como establecer
ciertas regulaciones internas.
En
ese sentido, los esfuerzos de distintas entidades, especialmente del Servicio
Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), nos han llevado a estar cerca de obtener
la aprobación del Gobierno surcoreano para exportar paltas a dicho mercado. En
efecto, a finales del pasado junio, una delegación de la Agencia de Cuarentena
Animal y Vegetal de Corea del Sur verificó el sistema de certificación
fitosanitaria del Senasa, con lo que solo faltaría la redacción del protocolo
fitosanitario y el establecimiento de las regulaciones internas respectivas
para poder exportar este producto hacia dicho país.
Cabe
resaltar que, en los primeros seis meses de 2018, la palta fue nuestro
principal producto agropecuario de exportación, con un valor de US$ 427
millones y un crecimiento del 14.5%. Asimismo, en el periodo 2013-2017, creció
un 220% en términos acumulados, lo que equivale a un 34% promedio anual.
Además, según cifras del Centro de Comercio Internacional (CCI), en 2017,
fuimos el tercer principal exportador de paltas, con una participación mundial
del 10%, después de México (48%) y Países Bajos (13%).
No
obstante, nuestra penetración en el mercado asiático aún es baja. En lo que va
de 2018, solo China, Hong Kong y Japón aparecieron en nuestro top 10 de
envíos de paltas, con un valor acumulado de US$ 30 millones, es decir, apenas
un 7% del total. Por tanto, cobra relevancia nuestro potencial ingreso al
mercado coreano, ya que sus compras de palta sumaron un valor considerable en
2017: US$ 30 millones, según el CCI, cifra que se repitió en el periodo
enero-junio de 2018, de acuerdo con el Servicio de Aduanas de Corea del Sur.
Esto significa que en 6 meses se importó el mismo valor de palta que durante
todo el año pasado.
Además,
en los primeros seis meses de 2018, sus únicos proveedores de paltas fueron
EE.UU. (US$ 27 millones; 93.2% del total), México (US$ 2 millones; 6.5%) y
Nueva Zelanda (US$ 96,000; 0.3%). Esto representa una oportunidad para el Perú,
que podría entrar a competir y obtener una importante participación de mercado.
Un
tema que también vale la pena discutir es la alta disposición a pagar del
mercado surcoreano. Por ejemplo, desde la aprobación del protocolo
fitosanitario para el ingreso de nuestros mangos frescos a Corea del Sur, el
precio promedio de exportación de dicho producto ha sido mayor en dicho país
que en todos los demás a los que enviamos mangos. Así, en 2017, ascendió a US$
3,222 por tonelada; y en lo que va de 2018, a US$ 3,357 por tonelada, comparado
con los US$ 1,116 por tonelada que paga Países Bajos, nuestro principal
destino, y US$ 2,167 en China. Además, el peso de los envíos también aumentó,
lo que indica que el aumento del precio promedio se debe a factores de demanda.
En otras palabras, los comensales de Corea del Sur disfrutarían mucho de
nuestros frutos, lo que podría ocurrir también con la palta.
El
ingreso de nuevos productos del sector no tradicional, como las paltas, es una
gran oportunidad para diversificar nuestras exportaciones y asegurar un flujo
de comercio importante durante los próximos años, no solo con Corea del Sur,
sino con el resto de los países del continente asiático. Nuestras paltas cada
vez llegan a más mesas a nivel mundial y deberíamos asegurarnos de que eso se
mantenga y se expanda a otros productos. ¡Hacia adelante!
https://www.comexperu.org.pe/articulo/corea-del-sur-y-una-oportunidad-de-oro-verde
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