Contraloría
detectó presuntas irregularidades en la construcción de la planta de
tratamiento de agua en el año 2008
En medio de los problemas por restricciones de agua potable ante
la caída de huaicos en Lima, el ex presidente Alan García cuestionó que la
planta de tratamiento de agua en Huachipa haya sido “olvidada”. Sin embargo, la Contraloría General
recordó que la construcción de dicha planta habría causado un perjuicio
económico al país de 91 millones 858 mil soles.
Según la entidad de control, una auditoría detectó presuntas
irregularidades en la suscripción del contrato, ejecución de las obras y en la
etapa de operación y mantenimiento del proyecto “Lotes 1, 2 y 3 – Bocatoma,
Planta de Tratamiento de Agua Potable de Huachipa y Ramal Norte”.
Se trata de cinco irregularidades que involucran un monto de
contrato equivalente a 304 millones 600 mil dólares. La obra fue adjudicada al
Consorcio Huachipa, integrado por la empresa brasileña Camargo Correa y la
compañía francesa OTV en el año 2008, durante el segundo mandato de García.
Los resultados de la auditoría, en el que se encuentran involucrados
funcionarios y ex funcionarios del Sedapal, fueron remitidos a la Fiscalía
Supraprovincial Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios Primer
Despacho.
Sobre la planta, la Contraloría precisó Sedapal tenía previsto
iniciar la operación de la planta de Huachipa el 12 de julio de 2011, con una
producción de 5 m3/seg. No obstante, la producción promedio en el año 2016 fue
de 1.09 m3/seg en tanto no se han concluido las obras complementarias.
LOS RESULTADOS DE LA AUDITORÍA
Entre las irregulares que se encontraron destaca que la
suscripción del contrato se realizó fuera del plazo establecido y pese a que la
empresa OTV no se encontraba inscrita en el Registro Nacional de Proveedores,
“lo cual conllevaba a la anulación de la adjudicación y ejecución de la
garantía de la propuesta por 3 millones de dólares”.
Además, se reemplazó la construcción de dos reservorios por uno
pese a que “no existía sustento técnico ni legal que respaldara la necesidad
del cambio, lo que generó un sobrecosto de la obra en 21 millones 643 mil 044
soles”.
En la auditoría se detectó también que Sedapal no controló
adecuadamente la supervisión de la ejecución de las obras de los reboses y
obras complementarias indispensables para asegurar que el sistema funcione y la
puesta en marcha de las Fases II (Ramal Norte) y III (Reservorio Túpac
Amaru). Esto beneficio al contratista con el pago de 20 millones 417 mil
734 soles por la suspensión de las obras.
Otra irregularidad es que Sedapal autorizó al contratista
el inicio de la etapa de operación y mantenimiento de la Fase I pese a que no
estaban concluidas las obras. Esto ocasionó que no se logre producir ni
entregar agua potable por 37 meses aproximadamente (de julio de 2011 a julio de
2014). Sin embargo, Sedapal pagó al contratista de 49 millones 797 mil 552
soles.
También se detectó que en octubre del 2011 la planta produjo
agua potable sin los estándares de calidad establecidos en el contrato porque
Sedapal aprobó y aceptó 18 recepciones de obras parciales sin haber verificado
que éstas operaran satisfactoriamente y de acuerdo al contrato.
Sobre la bocatoma, cuyos daños fueron reparados en el 2015, la
Contraloría advierte que no se ha realizado la contratación del peritaje
especializado para evaluar la calidad de las obras y determinar las causas.
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