En la actualidad, el entorno de los
agronegocios es complejo e incierto, así como integral y competitivo. La
globalización y los tratados comerciales han favorecido el negocio de los
alimentos. Las cadenas productivas, los mercados y los consumidores han
evolucionado, privilegiando productos en base a su variedad y funcionalidad.
La competitividad es un concepto difícil de precisar. Uno de ellos, señala que “es la capacidad que tiene un país de obtener rentabilidad en el mercado en relación a sus competidores”. Sin embargo, la rentabilidad depende de la productividad. Al mejorar la productividad se elevan los volúmenes de exportación, se incrementan los precios y por consecuencia, su rentabilidad.
A su vez, son las ventajas, competitivas y comparativas, los medios que permiten una mayor productividad en relación a los competidores. Sin embargo, hoy el reto en generar ventajas competitivas. Éstas ofrecen beneficios a largo plazo, siempre y cuando sean sostenibles en el tiempo. Pero no es fácil, requiere estrategias de gestión.
Las ventajas comparativas se basan en factores de producción como los recursos naturales, la diversidad climática, la estacionalidad, el rendimiento por hectárea y la mano de obra calificada. Esto le permite al país la diversificación de nuestra oferta exportable. El Perú debe identificar sus ventajas comparativas y aprovecharlas.
Nos queda claro, la imperiosa necesidad de ampliar las ventajas competitivas para aprovechar las comparativas. El éxito de las agroexportaciones aparte de generar empleos, nos ayuda a dinamizar nuestra economía, dependiente de la minería, articulándose con otras actividades en franco crecimiento como el turismo y la gastronomía.
El maximizar las ventajas competitivas permitirá fortalecer nuestra posición como país agroexportador. Factores como la investigación, la innovación, la gestión de calidad, el manejo de la información, la inteligencia comercial, la biotecnología mejoran nuestra competitividad. Eso sí, se requiere de profesionales calificados para sacar adelante esta tarea.
El apoyo constante a la investigación y a la innovación nos ayudará a consolidar nuestra competitividad. Para ello, necesitamos articular el apoyo del estado y del empresariado, así como identificar la potencialidad de productos, procesos y mercados. El Perú debe definir sus ventajas competitivas y desarrollarlas.
Este viernes 16 de setiembre, durante el “II Simposio de Investigación Agroalimentaria”, analizaremos las perspectivas de diferentes herramientas en el desarrollo de pesquisas en el sector agroalimentario. Es importante aprovechar estos espacios académicos para intercambiar puntos de vista. Están todos gentilmente invitados a participar.
La competitividad es un concepto difícil de precisar. Uno de ellos, señala que “es la capacidad que tiene un país de obtener rentabilidad en el mercado en relación a sus competidores”. Sin embargo, la rentabilidad depende de la productividad. Al mejorar la productividad se elevan los volúmenes de exportación, se incrementan los precios y por consecuencia, su rentabilidad.
A su vez, son las ventajas, competitivas y comparativas, los medios que permiten una mayor productividad en relación a los competidores. Sin embargo, hoy el reto en generar ventajas competitivas. Éstas ofrecen beneficios a largo plazo, siempre y cuando sean sostenibles en el tiempo. Pero no es fácil, requiere estrategias de gestión.
Las ventajas comparativas se basan en factores de producción como los recursos naturales, la diversidad climática, la estacionalidad, el rendimiento por hectárea y la mano de obra calificada. Esto le permite al país la diversificación de nuestra oferta exportable. El Perú debe identificar sus ventajas comparativas y aprovecharlas.
Nos queda claro, la imperiosa necesidad de ampliar las ventajas competitivas para aprovechar las comparativas. El éxito de las agroexportaciones aparte de generar empleos, nos ayuda a dinamizar nuestra economía, dependiente de la minería, articulándose con otras actividades en franco crecimiento como el turismo y la gastronomía.
El maximizar las ventajas competitivas permitirá fortalecer nuestra posición como país agroexportador. Factores como la investigación, la innovación, la gestión de calidad, el manejo de la información, la inteligencia comercial, la biotecnología mejoran nuestra competitividad. Eso sí, se requiere de profesionales calificados para sacar adelante esta tarea.
El apoyo constante a la investigación y a la innovación nos ayudará a consolidar nuestra competitividad. Para ello, necesitamos articular el apoyo del estado y del empresariado, así como identificar la potencialidad de productos, procesos y mercados. El Perú debe definir sus ventajas competitivas y desarrollarlas.
Este viernes 16 de setiembre, durante el “II Simposio de Investigación Agroalimentaria”, analizaremos las perspectivas de diferentes herramientas en el desarrollo de pesquisas en el sector agroalimentario. Es importante aprovechar estos espacios académicos para intercambiar puntos de vista. Están todos gentilmente invitados a participar.
http://agraria.pe/columna.php?url=la-investigacion-agroalimentaria-impactos-en-la-competitivid
Comentarios
Publicar un comentario