Además de los astronómicos beneficios que reportan cada año para
sus accionistas y de los elevados salarios de sus super dotados empleados, Silicon
Valley se caracteriza por la muy variada comida que ofrece, ¡totalmente
gratis!, a quienes laboran en las compañías que allí radican.
Esto, mirado desde una óptica
más apegada a las finanzas y a la ecología, representa un gasto despampanante
de comida, sobre todo de la que no es consumida y que de manera automática es
declarada como basura.
Pero este no es un problema
que solo concierne a este pedazo ínfimo aunque reluciente de nuestro planeta.
De acuerdo con la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), los 870 millones de personas que se van a la cama con hambre o que no
pueden sostener un régimen alimentario equilibrado se verían favorecidos sin
lugar a dudas con el desperdicio global de alimentos, que equivale a unos 970
millones de dólares al año.
Reducido este análisis a la
escala de los Estados Unidos, tan solo en el año 2010 el 31% de los 430 mil
millones de libras de alimento listo para ser ingerido en el país, no fue
consumido. Se trataría nada más y nada menos que de 133 mil millones de libras
de pan, queso, carne, frutas,vegetales y todo otro tipo de alimento, echadas
tristemente al tacho de labasura.
Mirado de otra manera: 161, 6
mil millones de dólares que se esfumaron o 141 billones de calorías que no se
consumieron. Y visto a nivel personal: 1.249 calorías desperdiciadas al día por
cada residente en los Estados Unidos.
“Una reducción de las
pérdidas de alimentos tan sólo al 15% equivaldría a proporcionarles
alimentos suficientes a más de 25 millones de norteamericanos al año –alertó el
año pasado el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos-, lo que
ayudaría a reducir drásticamente la inseguridad alimentaria para millones”.
Para el ya cercano año 2030
se ha emitido un objetivo de reducción de los residuos de alimentos al 50%. Sin
embargo, no se trata de una tarea fácil si se tiene en cuenta que los
norteamericanos, según los Institutos Nacionales de Salud, desperdician en la
actualidad el 50% de los alimentos que consumió el país en la década de 1970.
Food Runners es una
organización con sede en San Francisco que trabaja para reducir el desperdicio
de alimentos y aumentar la conciencia sobre el problema. Los voluntarios de los
que se vale para su activismo se dirigen a grandes compañías de la zona como
Google, Twitter y Airbnb, para recoger la comida sobrante, que luego es
entregada a los necesitados.
“A finales de los años 90
había mucha gente que no se preocupaba por esto”, apunta María Risley, una de
las fundadoras de Food Runners, “pero ahora, hay muchos millennials que dirigen
sus propias empresas ya quienes esto sí les importa. Yo admiro a las personas
que trabajan duro ante sus computadoras durante doce horas al día”.
Fundada por Risley en 1987, Food Runners ha logrado interactuar con más de 500 empresas de todo San
Francisco, con un resultado de más de 5.000 comidas ofrecidas al día.
Sensibilizadas con este tema,
empresas como Panera Bread, Kroger y Darden Restaurants se han comprometido a
donar sus excedentes de comida.
Mientras, otras
organizaciones similares, como Hungry Harvest, de Maryland, y Zero Percent, con sede en Chicago, han seguido el ejemplo y se afanan en la
entrega de estas sobras corporativas a los más necesitados.
Un camino con muchas
dificultades
Sin embargo, todavía
persisten muchas trabas y obstáculos a la hora de poder donar los excedentes de
alimentos. De acuerdo con una encuesta llevada a cabo en 2013 por la Alianza
para la Reducción de Residuos de Alimentos, una iniciativa de las asociaciones
comerciales más importantes del sector de la alimentación, más de tres cuartas
partes de los encuestados indican que hay barreras para la donación de exceso
de comida.
Los puntos delicados estarían
en las restricciones para la transportación, cuestiones de responsabilidad
civil, así como un almacenamiento insuficiente en los bancos de alimentos.
Para María Risley, las
pequeñas y las grandes compañías tecnológicas de reciente creación en San
Francisco tienen la oportunidad única de encontrar formas innovadoras y de
vanguardia en la lucha contra el desperdicio de alimentos.
Esto podría consistir en una
reducción de tamaño de las porciones, reconsiderar deshacerse de los alimentos
antes de su fecha de caducidad y hasta cambiar nuestra actitud acerca de la
comida en general.
Con 795 millones de personas
desnutridas en el mundo de hoy, una de cada nueve personas no reciben
suficiente comida para ser considerada "sana”, según el Programa Mundial
de Alimentos de las Naciones Unidas
“Creo que estamos pasando de
una sociedad increíblemente derrochadora a una sociedad que comparte, y no hay
nada más importante que compartir el sobrante de alimentos”, concluyó
Risley."Quiero que todos sepan que no hay razón para desechar alimentos en
San Francisco”. https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/el-problema-de-la-comida-que-se-tira-sin-usar-en-141053032.html
Comentarios
Publicar un comentario