ADVIERTEN QUE LA FALTA DE AMOR, VALORES Y PROTECCIÓNDE PADRES GENERA LA POSIBILIDAD DE PERFILAR A UN DELINCUENTE
Muchos hijos afectados se vinculan con las pandillas a
quienes consideran familia por la ausencia de figura paterna o materna en su
formación
Un
delincuente se hace donde la ley no se respeta. Cuando hay falta de amor y
protección de la figura materna o paterna, necesarios para la formación y
autocontrol de los hijos. Este es un “caldo de cultivo”, debido a que los hijos
en la búsqueda de ser aceptados se vinculan con gente que está en las mismas
condiciones como las pandillas, quienes lo aceptan, defienden sus ideales y lo
tratan como una familia; es así como se va formando el delincuente.
Así
lo advirtió el Dr. Guillermo Ladd, psiquiatra del Instituto Nacional de
Salud Mental; quien además explicó que la formación de una persona comienza
desde que nace hasta los 5 años (la etapa más importante), y que la ausencia de
la figura paterna y materna influye para el desarrollo de una conciencia sin
moral. También, influye el factor social y la falta de valores según
especialistas del Instituto Nacional de Salud Mental.
“En
un grupo social, como la pandilla, se da una lucha de ideas y el que triunfa va
a querer mantenerse para que se haga lo que él quiere. La persona lo sigue
porque necesita reconocimiento y aceptación, pero si es díscolo y no se ajusta
a las normas el grupo lo separa; entonces pierde la posibilidad de tener eso
que le ha faltado, una familia, un referente social”, indicó.
Personalidad del
delincuente
El
especialista señaló que la mayoría de los delincuentes tienen rasgos
psicopáticos, pero no todos los psicópatas son delincuentes. Explicó que la
psicopatía es un trastorno de personalidad que se adquiere genéticamente y se
desarrolla a través de la crianza, a su vez, se caracteriza porque la persona
no tiene la capacidad de sensibilizarse con el dolor ajeno, es impulsivo,
antisocial, siendo capaz de producir sufrimiento a otras personas o
animales.
“El
psicópata busca condiciones favorables para delinquir y eso lo encuentra en una
sociedad anómica que no controla. No tiene empatía por el otro, no se ponen en
los zapatos del otro, no le importa su vida y encima señala que no tiene
culpa”.
Los
estudios epidemiológicos del Instituto Nacional de Salud Mental en Lima del
2012, revelan que la permisividad por parte de la población frente a la
psicopatía y las tendencias psicopáticas se hallaron alrededor del 5%,
considerando conductas como la mentira frecuente, la violencia o el
robo.
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