Este país, situado en el
corazón de Sudamérica, requiere de la experiencia de las empresas españolas para
desarrollar sus infraestructuras de transporte y comunicaciones.
Tiene una gran riqueza en recursos naturales, como
hidrocarburos, minerales, agrícolas, hídricos y eólicos, y se ubica en una
posición geográfica privilegiada, en el corazón de Sudamérica. Pese a ello,
Bolivia necesita atraer capital extranjero para explotar sus bienes y
servicios.
No es uno de los países más propicios para hacer negocios, dado
que ocupa el puesto 157 de los 189 estados que recoge el ránking del informe
Business Doing 2016, elaborado por el Banco Mundial. Pero ofrece numerosas
oportunidades a las empresas foráneas.
Las infraestructuras de transporte y comunicaciones, sectores
limitados por la debilidad institucional y la escasa inversión, presentan un
gran potencial para las pymes españolas, que pueden aprovechar el efecto
arrastre de las multinacionales ya instaladas. Para mejorar su red comercial y
abaratar los costes de los productos finales, el país necesita construir y
pavimentar carreteras, ya que un 55% de los caminos son de tierra. En este
sentido, la logística también muestra carencias. En concreto, existen
dificultades para transportar mercancías a los lugares más lejanos y apartados
de los centros urbanos.
El sistema ferroviario, dividido en dos redes (oriental y
occidental), también ofrece posibilidades de negocio, ya que uno de los
objetivos del gobierno de Evo Morales es conectar ambas partes. Asimismo, el
Ejecutivo boliviano pretende transformar el sector manufacturero, que
representa el 17% del Producto Interior Bruto, por uno más innovador y centrado
en las nuevas tecnologías.
La construcción es otro de los grandes atractivos para la
industria auxiliar española. Desde principios de la década, se ha desatado un
boom inmobiliario, tanto en edificaciones residenciales como comerciales. En
concreto, en 2012 se registró un crecimiento superior al 7%, según datos del
ICEX.
En materia fiscal, el tratamiento impositivo que se le da a los
inversores nacionales es el mismo que para los extranjeros. El Impuesto de
Sociedades es similar al que se grava en España. En concreto, un 25% sobre los
beneficios de la compañía
Las actividades extractivas de recursos naturales no renovables
son la única excepción: se aplica una cuota adicional del 25% previa deducción,
pero el porcentaje varía hasta el 33% de las inversiones acumuladas en
exploración, desarrollo, explotación y protección ambiental.
Serios y comprometidos
Los bolivianos son amables y tranquilos. A la hora de cerrar
negocios son serios y les gusta cumplir con sus obligaciones contractuales. En
las reuniones se recomienda hablar de deportes, en detrimento de la pobreza, la
religión y las drogas. También se aconseja a mantener un contacto visual
directo. Los empresarios del país no le otorgan demasiada importancia a la puntualidad.
De hecho, lo apropiado es llegar entre 15 y 30 minutos más tarde.
http://www.expansion.com/pymes/2016/03/28/56ec3e1922601dcb518b466d.html
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