Falta poco
más de un mes para el 10 de abril, pero algunos ya quisieran estar en la
segunda vuelta
Falta poco más de un mes para el 10 de abril, pero algunos ya
quisieran estar en la segunda vuelta. Al menos eso es lo que nos quieren hacer
creer ciertos comentaristas. Pareciera además que los únicos candidatos de esta
sobresaltada contienda fueran Keiko Fujimori y Julio Guzmán.
Con este ambiente de segunda vuelta es inevitable que las
similitudes –y comparaciones– con la misma etapa electoral del 2011 sean cada
vez más palpables, y la cancha empiece otra vez a dividirse entre buenos y
malos, decentes y corruptos, y hasta ‘tontos’ contra ‘inteligentes’.
El debate sobre Guzmán y su ilegal inscripción avalada por el Jurado Electoral Especial,
así como la posibilidad –según las encuestas– de que este sea el único
candidato que le complique la vida a Keiko Fujimori en la segunda vuelta hacen que Guzmánsea para un amplio
sector de los llamados “líderes de opinión”, el candidato perfecto, el salvador
a quien se le pueden perdonar todos los defectos, hasta la improvisación e
ilegalidad.
Y cómo no le van a perdonar todos los defectos a Guzmán, si en el 2011 los mismos que habían
acusado por violación de los derechos humanos al ‘Capitán Carlos’, de quien se
decía que sería el candidato Ollanta Humala, no dudaban en exaltarlo y
limpiarle la cara con el único objetivo de que pudiera derrotar a “la hija del
dictador”.
El propósito ahora es lograr que este llegue –sí o sí–, a la
segunda vuelta, lo demás es libreto conocido y repetido. Con la diferencia que
esta vez quieren que “su candidato” llegue fortalecido y no tenga la espada de
Damocles del “empate técnico” como hace cinco años.
Ayer lo recordaba bien Alfredo Torres en su columna: “De acuerdo
a Ipsos, Fujimori empezó ligeramente adelante y Humala la sobrepasó en el tramo
final, gracias al apoyo de Mario Vargas Llosa y otros que lo comprometieron a
firmar la hoja de ruta”. Nunca antes el ‘tragarse sapos’ estuvo tan bien
documentado y medido por las encuestas.
Son los mismos que estuvieron con Humala en el 2011, con
Villarán en la revocatoria, y ahora le hacen hurras a Guzmán. Según la lógica de esta mal asumida
“reserva moral del país”, ellos son los únicos que ostentan la bandera de la
decencia, por lo que disentir o inclinarse por cualquier candidato o candidata
que no sea el de su preferencia es ser “corrupto” o “ignorante”, escoja usted;
o en el mejor de los casos, “intolerante” y “fundamentalista”.
Susana Villarán los decepcionó; PPK es muy de derecha, pero si
pasa a la segunda vuelta “hay que apoyarlo”; y hubieran estado dispuestos
–incluso– a jugársela por Acuña si este le hubiera podido hacer “el pare a Keiko”.
¡Ni pensar en García! “Narcoindultador”. Aunque si por esos vaivenes de la
campaña remonta y se convierte en una excelente posibilidad de derrotar a la
‘ola naranja’, entonces lo empezarán a mirar con otros ojos y dirán que se
taparon la nariz, los ojos, y se vieron “obligados” a votar por el dos veces
presidente.
Estamos en un país libre y democrático, donde los ciudadanos
definen con su voto quién gobernará nuestro país por los próximos cinco años.
Ningún voto es superior a otro, al final todos los votos cuentan. Y sí pues,
esa es la democracia, nos guste o no.
http://elcomercio.pe/politica/opinion/decentes-contra-corruptos-columna-diana-seminario-noticia-1882672
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