¿Cómo pudo un país pequeño sin reservas conocidas de crudo bajar el costo de su electricidad, reducir su dependencia del petróleo y ser líder en energías renovables?
En
una década, Uruguay ha logrado algo que parecía inimaginable, convertirse en el
país con mayor proporción de electricidad generada a partir de energía eólica
en América Latina y uno de los principales en términos relativos a nivel
mundial.
Con
ello el país ha reducido su vulnerabilidad al cambio climático y a las
crecientes sequías que afectan las represas hidroeléctricas.
Actualmente el 22% de la electricidad del
país sudamericano es generada a partir del viento. En Brasil, por
ejemplo, el porcentaje es de poco más de 6%, según la Asociación Brasileña de
Energía Eólica.
Y
Uruguay espera otro aumento dramático en los próximos meses.
"Esperamos
que este año el abastecimiento de energía eléctrica a partir de eólica sea del
30%", dijo a BBC Mundo la ingeniera Olga Otegui, jefa de la Dirección
Nacional de Energía del Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay.
Para 2017, el país
aspira a un 38% de electricidad generada a partir del viento, con lo que se
colocaría próximo al líder mundial Dinamarca, con un 42%, según datos del Global
Wind Energy Council, Consejo Global de Energía Eólica, GWEC por sus siglas en
inglés.
A
nivel internacional, los otros países con mayores porcentajes son Portugal, con
23%, España, 19%, y Alemania, 15%.
El progreso del
mercado eólico en Uruguay es notable, según Tabaré Arroyo, asesor en energías
renovables del Fondo Mundial para la Naturaleza y autor del informe Green
Energy Leaders, "Líderes en energías verdes".
"En
2005 no había energía eólica en Uruguay. Al 2015 ya había una capacidad
instalada de más de 580 MW y al 2020 se cree que habrá una capacidad instalada
superior a los 2.000 MW", dijo Arroyo a BBC Mundo.
Condiciones
favorables
¿Cómo
logró Uruguay diversificar de forma tan radical su matriz energética?
ENERGÍA
EÓLICA EN URUGUAY
19
parques
instalados actualmente mayores a 10MW
·
28 parques de gran
escala para 2017
·
1.500 MW para 2017
Fuente: Dirección Nacional de
Energía, MIEM, Uruguay
VENTUS
El
país tiene condiciones favorables para la energía eólica, tan favorables que
sorprendieron hasta a los propios técnicos.
"A nosotros
también nos sorprendió porque somos un país cuyo relieve es una
semillanura, un país muy chato. Y cuando en 2005 se comenzaron a hacer las medidas pensamos que
sólo algunos lugares podían tener buena disposición para estos parques eólicos.
En cambio las medidas nos permitieron ver que tenemos una estabilidad de buenas
mediciones de viento durante todo el año", señaló Otegui.
La
velocidad del viento es variable, por lo que una turbina eólica trabaja
mayormente por debajo de la potencia nominal para la que fue diseñada.
Por
ello, el principal indicador de la eficiencia de un parque eólico es lo que se
conoce como factor de capacidad, la relación entre la energía que se genera
efectivamente en un período, y la que se hubiera producido si hubiese estado
funcionado sin parar a potencia nominal.
"Sin
entrar en demasiados detalles técnicos, es comprobado ya que los parques en
Uruguay de 50 MW alcanzan factores de capacidad de entre 40% y 50% para modelos
de aerogeneradores tales como V80, G97, V112 y otros", explicó a BBC Mundo
el ingeniero Santiago Mullin, de la empresa Ventus Energía S.A. y asesor
técnico de la Asociación Uruguaya de Energía Eólica, AUDEE.
Los
parques eólicos en EE.UU., por ejemplo, funcionaron en 2014 a una capacidad de
34% en 2014, según datos del Departamento de Energía de ese país.
Planear a 25 años
Más
allá de las condiciones favorables, un factor crucial fue la planificación de
la política energética a 25 años.
"Yo creo que lo
más destacado en el caso uruguayo fue su visión 2005-2030", opinó Tabaré
Arroyo.
El
plan energético 2005-2030 fue además aprobado, como política de Estado, por
todos los partidos políticos con representación parlamentaria, algo que para
Arroyo es un "referente mundial de cómo los intereses sociales y
climáticos son absolutamente compatibles y costoefectivos en el fomento del
desarrollo sostenible".
La
planificación energética a 25 años aportó un marco de estabilidad para
inversores y atrajo empresas privadas internacionales.
Según Otegui, "no se ofrecieron
subsidios", sino licitaciones con "transparencia y seguridad al
inversor".
"Se
les garantiza el precio que ofertaron y ese precio se ajusta por una
paramétrica que también se acordó. Ellos saben perfectamente desde el momento
que se presentan cuáles son las pautas y cómo se va ajustar ese precio y son
contratos que pueden ser hasta 20 años".
Entre
las empresas internacionales que participan de proyectos en Uruguay está
Enercon, de Alemania, y la multinacional Ventus.
Torres de hormigón
Con
el desarrollo de la energía eólica Uruguay también busca un impacto en la
industria nacional.
"Todos
los parques tienen que tener un mínimo de 20% de componente nacional",
dijo Otegui.
CAPACIDAD
EÓLICA INSTALADA EN MW, fin de 2015
Brasil
8.715
·
Chile 933
·
Uruguay 845
·
Argentina 279
Fuente: GWEC
Audee
"Esto
nos permite que hoy en día, por ejemplo, de toda la inversión que se ha
realizado en potencia en energía eólica, que es del orden de unos US$3.000
millones, alrededor de US$800 millones fueron volcados a la industria y a
servicios nacionales".
Desde diseño de
obras civiles hasta estudios sobre medición de viento, la idea es que el boom de la energía eólica también impulse el avance tecnológico a nivel
nacional.
Otro
ejemplo es la utilización, en lugar de torres de acero, de torres de hormigón
fabricadas localmente.
"En
Uruguay sólo un proyecto ha incorporado hasta ahora torres de hormigón, el
proyecto de la empresa Enercon. La empresa alemana ha realizado un gran
esfuerzo en este sentido, instalando una planta exclusiva para la fabricación
de dichas torres, lo que ha resultado en un beneficio para nuestro país, tanto
en el uso de mano de obra como en su capacitación y desarrollo", afirmó
Mullin.
Otegui,
por su parte, dijo a BBC Mundo que habrá dos parques "en el departamento
de Cerro Largo, que se están instalando entre este año y principios de 2017 que
van a ser con torres de hormigón, lo que hace que el componente nacional sea
mayor".
Cambio climático y
sequías
La
diversificación de la matriz energética ha permitido a Uruguay satisfacer cerca
del 94% de su electricidad a partir de energías renovables, incluyendo
aerogeneración, energía hidroeléctrica, biomasa y paneles solares.
Con esa oferta
variada, Uruguay ha logrado una de las metas que estuvo presente desde un
principio: aumentar la resiliencia del país ante el cambio climático.
"Lo
que que se veía era la alta vulnerabilidad que tenía Uruguay con respecto a la
generación hidro", señaló Otegui.
"Estábamos
convencidos de que teníamos que bajar esa vulnerabilidad climática (...).
Cuando había sequías importantes, teníamos importación muy grande de petróleo
para generación térmica, todo eso fue totalmente atenuado con la incorporación
de renovables".
La
energía eólica puede ahora complementar a la hidroeléctrica.
"Uruguay tiene
una potencia hidroeléctrica instalada del orden de los 1500 MW, cuyo uso se
regula en función del recurso eólico disponible, permitiendo almacenar entonces
la energía hidroeléctrica y utilizarla de forma más eficiente", explicó
Mullin.
Otegui, por su
parte, dijo que con la incorporación de las renovables, Uruguay obtiene
"una soberanía y una independencia de importaciones de energía eléctrica". "Ya venimos dos años
consecutivos en que no hemos tenido que importar energía eléctrica".
Tabaré
Arroyo cree que el caso de Uruguay deja en claro por qué la diversificación
energética es fundamental también para otros países.
"Como
consecuencia del cambio climático los patrones de precipitación pluvial
cambiarán y las temporadas secas se harán más largas, frecuentes e intensas. De
ahí que depender de la energía hídrica es con certeza una apuesta a la
inseguridad energética".
"Uruguay,
muy inteligentemente, apostó por las renovables, como una opción real de
diversificación y resiliencia".
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