El sector vio frustradas sus expectativas en la campaña
navideña
Los vendedores suelen achacar a factores
externos, clima
incluido, las malas rachas de ventas. En esta ocasión, el mantra tiene mucho de
cierto. El invierno más cálido de los últimos 65 años ha frenado los ingresos
del textil en todo Occidente: desde Reino Unido, que llevaba ocho años sin
registrar cifras tan bajas de facturación, hasta EE UU y España, donde el sector ha visto
frustradas sus expectativas de
ventas tras 16 meses de subidas ininterrumpidas. “Pensábamos que en diciembre
crecerían un 6%, pero solo alcanzaron un 1,5%”, apunta el presidente de la
patronal española del textil, Eduardo Zamacola.
El
Niño, el fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico y que
se manifiesta en ciclos de entre tres y siete años, ha afectado este invierno
tanto a las grandes cadenas como a las pequeñas tiendas del barrio. El caso del
gigante irlandés Primark es, quizá, el más elocuente. Tras ampliar su red de
tiendas hasta los 299 establecimientos, la firma vivió un invierno agridulce:
se anotó una subida de ingresos del 3%, pero hizo explícita la evolución “más
débil” de las ventas. “El impacto positivo de las nuevas aperturas en los
países del norte de Europa fue reducido”, apuntó la empresa en un comunicado.
La causa: unas temperaturas inusualmente “cálidas y húmedas” antes y durante
las Navidades.
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En
EE UU, los emblemáticos grandes almacenes Macy’s vieron frustradas sus
estimaciones por la misma razón: en el país norteamericano, la temporada de
invierno fue la más calurosa en más de medio siglo, según el proveedor de datos
meteorológicos Planalytics. En Nueva York, en vez del tradicional manto blanco
que suele cubrir la ciudad de los rascacielos en diciembre, el mes pasado se
registraron temperaturas de hasta 24 grados, que minaron el ánimo de los
potenciales compradores. Las ventas minoristas fueron “decididamente débiles” en
el tramo final del ejercicio, según la consultora Oxford Economics, que cifra
el descenso en el 0,1%.
Una
situación muy similar se vivió en Italia y en Francia, donde buena parte de las
prendas invernales se quedó en los almacenes. O en España, donde, pese al
repunte anual del consumo del 5,1%, en diciembre, las ventas contabilizadas por
Acotex fueron inferiores a las expectativas. Con un repunte del 1,5%, fue el
mes más tibio de 2015 y se quedó muy por detrás de los registros de enero,
febrero o noviembre, cuando las subidas fueron del 6%.
La
Confederación Española del Comercio (CEC) también reconoce la relación entre
clima y ventas. “En diciembre estábamos con camisa de manga corta”, relata
Isabel Cosme, vicepresidenta de la organización, para ilustrar que el descenso
en las ventas de prendas de abrigo fue el mayor (un 15% interanual). “El textil
siempre está muy condicionado por la climatología”, especifica. Sin embargo,
Cosme considera que la crisis y, sobre todo, las ofertas agresivas de las
grandes cadenas, han causado a los vendedores más quebraderos de cabeza que el
tiempo. “A pesar de la climatología adversa, la inercia del crecimiento durante
todo el año ha permitido que, aunque con márgenes estrechos, el consumo haya
seguido creciendo”, matiza.
Auge del ‘Black Friday’
La
patronal Acotex prevé que las tiendas recuperen parte del terreno perdido en
las primeras semanas de enero gracias a una “gran afluencia” de público para la
temporada de rebajas y a un gasto medio que, según cálculos de la CEC, alcanzará
los 80 euros por persona.
Más
allá de las temperaturas, Zamacola señala otras dos razones del patinazo: “El
auge del Black
Friday en noviembre, que desincentivó las compras
en diciembre, y la incertidumbre generada por la inestabilidad política, que
afecta a la confianza del consumidor”. La capacidad de respuesta, además, varía
según el tamaño de los establecimientos. “Frente a una climatología
sorprendente, las grandes cadenas tienen más capacidad de reacción”, zanja.
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