Más allá de sus propuestas,
cada uno de los principales candidatos presidenciales intentó articular
una imagen frente al auditorio del CADE 2015. Gonzalo Zegarra, director de SE,
los analiza.
Tras
la anterior CADE electoral (SE
1248) comparé las exposiciones de los candidatos, pero
centrándome en el estilo de liderazgo que proyectaron más que en sus
propuestas. Usé los criterios del profesor de Stanford Hayagreeva Rao sobre los
capitanes de barcos corsarios y piratas. Unos eran ‘estrellas’ (estratégicos,
visionarios, inspiradores); los otros, ‘guardianes’ (administradores,
planificadores, fiscalizadores). Propongo repetir el ejercicio (en orden de
aparición el viernes pasado en Paracas):
Alejandro Toledo: La vez pasada fue más estrella que
guardián; esta vez no lo logró. Comenzó con una visión internacionalista, quiso
proyectar tener mucho mundo –que conversa con Mark
Zuckerbergy el vicepresidente chino–, pero de inmediato cayó en sus
consabidas ocurrencias y frivolidades. Me preguntó un embajador extranjero si
los empresarios se reían con él o de él: lo segundo. Ha perdido todo rezago de
liderazgo.
Keiko Fujimori: Incluso cuando leyó, articuló cierta visión de país y de
gobierno que hace cinco años no tenía. Me hizo recordar el aplomo que ganó Ollanta
Humala entre el 2006 y
el 2011 (pero ella con el auditorio a su favor). Parece sentirse ahora sí lista
para gobernar (lo que no garantiza que lo haga bien). Perspectiva y ponderación
en diagnósticos y propuestas. Eludió responder lo que podía perjudicarla ante
el electorado (reforma laboral). Se contradijo al afirmar que su bancada es
la única disciplinada al votar, pero que los temas “de conciencia” (incluso el
voto preferencial) se dejan a cada congresista.
César Acuña: “El Perú al 2035 como un país
desarrollado por ciudadanos emprendedores con educación de clase mundial” fue
la visión que apenas pudo esbozar rudimentariamente. Leyó (¡y mal!); no parecía
haberse preparado. El auditorio desconfiaba, era casi hostil. Sus propuestas no
parecían insensatas (tampoco geniales), pero su enumeración parecía un wish list y no aterrizaba en el cómo (aunque le preguntaron). Más voluntad
que ideas.
Alan García: Tenía al público en el bolsillo, pero
tal vez precisamente por eso tampoco logró impresionar (se espera tanto de su
elocuencia, que su propia valla es muy alta). Insiste en que se puede crecer
más que el potencial de la economía, etc., lo que denota que confía más en su
voluntad que en la realidad (SE 1497). A diferencia de sus contrincantes, se sentó tras un
escritorio y no en un mullido sillón (afirmó estar mal de la pierna), y con
ello simbolizó estar por encima del panel, y también que él trabaja y toma
decisiones, no conversa ni divaga.
PPK: Articuló una visión de país al
Bicentenario: dinámico, emprendedor, con crecimiento y justicia (social). Con
metas específicas (pobreza a 10%, puesto 40 en pruebas PISA, cobertura
universal de agua y desagüe, etc.) porque no “todavía somos un país injusto”.
Presentó a su equipo (igual que Alan) y reivindicó sus orígenes eclécticos
(“todas las sangres”, incluso los que tienen cierta trayectoria estatista).
Desechó con pragmatismo propuestas como el tren de la costa (que han defendido
Toledo, Acuña y García), pero defendió otras no siempre ortodoxas (subir el sueldo
mínimo). Fue el más preciso en comprometerse con hacer una reforma
política en el primer año.
http://semanaeconomica.com/article/politica/actualidad/175434-cade-2015-que-estilo-de-liderazgo-proyectaron-los-candidatos/
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