La psicóloga María Elena López presenta un
nuevo libro pensando en los distintos tipos de familia.
Aceptar la diferencia de cada miembro de la familia, controlar
la rabia, saber hacerle una crítica a la pareja... La inteligencia familiar
permite sostener la familia, sin importar su estructura. Así lo afirma la
psicóloga María Elena López en su más reciente libro.
Hemos oído hablar de la inteligencia emocional, ahora usted
menciona la inteligencia familiar, ¿en qué consiste?
La inteligencia emocional mostró que tenemos la capacidad de
resolver conflictos, aceptar la diferencia, ponernos en el lugar del otro, ser
empáticos y vivir en armonía. La idea es que esas habilidades, que todos
podemos desarrollar, las pongamos al servicio de la convivencia familiar,
porque tenemos muchos conflictos en la familia. Por ejemplo, aceptar que mi
hermano piensa distinto a mí, la familia con niños pequeños es distinta a la
que tiene un adolescente.
En la familia no siempre hay que estar armónicos y pasando rico,
también hay momentos duros y difíciles, pero elijo cómo resolver todo eso.
Se ha habla mucho de la crisis de la familia.
No está en crisis, ha cambiado, pero sí hay mucha desesperanza.
Vivimos con mucha presión y estrés que permean a la familia y esta no termina
siendo ese lugar tranquilo al cual llegar. Pero la familia sí funciona.
¿Pero las separaciones siguen en aumento?
A pesar de ellas, las familias siguen existiendo, lo que pasa es
que se han transformado: papás separados, niños que viven con los abuelos,
familias recompuestas, vivir con los hermanos... Independientemente de su
forma, la familia sí tiene potencial para seguir dando afecto, identidad y
sentido de pertenencia.
¿Cómo hacer familia en esas circunstancias?
La familia ha cambiado profundamente, al ritmo que ha cambiado
el mundo y hay que ajustarse para que siga dado lo que da: el amor.
¿Cuáles son los desafíos de las familias de hoy?
Entender las diferencias. Antes los hijos se sometían a los
papás y las mujeres a los hombres. Ahora las individualidades son más
evidentes: al año el niño dice qué es lo que se quiere poner, por ejemplo, y
las mujeres reclaman su voz. Eso marca el desafío de entender la diferencia.
También está el reto de manejar la presión, el estrés y la
fatiga, así como la violencia en un país como este. Y modular las expectativas
que cada vez son mayores frente a la felicidad, pasarla bien, ser exitosos y
tener comodidades. Hay que tener en cuenta que la familia pasa por momentos de
dolor y sufrimiento y hay que manejarlos.
¿Se requiere mucha inteligencia familiar para manejar esos nuevos
esquemas de familia?
Las familias están avocadas a esas complejidades. La recompuesta
es mayor, más demandante, porque tienes tus hijos y los de él y hay que sostener
temas de disciplina y valores de convivencia, pero no están condenadas al
fracaso. El desafío, en medio de esa complejidad, está en poder dar lo que se
encuentra en la familia.
¿Y qué es lo que encuentra en la familia?
Ese lugar cálido, el valor del afecto y del amor, a pesar de las
dificultades. La familia sigue siendo una institución universal, así sea
distinta. Hay familias que son los amigos, porque la familia no la define la
estructura sino las funciones de proveer afecto, identidad, seguridad, estabilidad.
Para tener en
cuenta
- No hay una familia modelo, sino un estilo familiar que tiene
sus propias formas de manifestar el afecto, manejar los conflictos comunicarse
y establecer las normas y límites.
-Todas las familias tienen conflictos. Sentirse bien y sentirse mal hacen parte de la convivencia.
- El amor lo asegura todo, pero se necesita mantenerlo y acrecentarlo con esfuerzo y voluntad.
- La familia no lo es todo. Hay que alimentar las relaciones con los amigos, compañeros de trabajo, etc.
- Si me quieren, deben saber lo que necesito. No, nadie es adivino; hay que hablar y expresar lo que pensamos y sentimos.
-Todas las familias tienen conflictos. Sentirse bien y sentirse mal hacen parte de la convivencia.
- El amor lo asegura todo, pero se necesita mantenerlo y acrecentarlo con esfuerzo y voluntad.
- La familia no lo es todo. Hay que alimentar las relaciones con los amigos, compañeros de trabajo, etc.
- Si me quieren, deben saber lo que necesito. No, nadie es adivino; hay que hablar y expresar lo que pensamos y sentimos.
EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/gente/recomendaciones-para-estar-bien-en-familia/16375116
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