PRETEXTOS DE LOS NIÑOS PARA EVADIR LOS DEBERES


Cómo saber cuándo son ciertos para evitar sentimientos de culpa

¿Qué padre no ha escuchado alguna vez -en un momento inoportuno- frases como"tengo dolor de estómago", "tengo náuseas", "tengo sed", "quiero ir al baño", "me duele la cabeza" o "tengo hambre"?
Normalmente, estos “malestares”, “necesidades” o “incomodidades” son usados por niños -especialmente de entre 4 y 6 años- como armas para ausentarse a la escuela, a la natación, al baloncesto, a las clases de música, a la iglesia, a la hora de colaborar en las tareas del hogar o hasta para irse a dormir.
"Los niños de menos de 3 años usan las rabietas como defensa, pero ya desde los cuatro años pueden utilizar estas excusas como mecanismos de defensa", señala Luz E. Vázquez, pediatra en Carolina.
Entonces es que muchos padres experimentan el dilema de diferenciar lo que es una verdadera dolencia de una excusa para no cumplir con su deber. ¿Cómo diferenciarlo para luego evitar el sentimiento de culpa?
"Si un niño se queja de dolor de estómago para no ir a la escuela y después corre, brinca y hasta come dulces, no era cierto", añade. Sin embargo, destaca que es importante preguntarle dónde le duele, cómo es el dolor, observar su rostro y percatarse si hay consistencia en lo expresado.
"Los dos indicadores comunes de que son pretextos y no una realidad son el contacto visual insuficiente, que es símbolo de nerviosismo, y que actúa de manera inquieta", establece por su parte la doctora en psicología de niños y adolescentes Amarilys Rodríguez, con práctica en Cupey.
Otra manera de corroborar si es cierta o no la dolencia -acota la pediatra- es verificar cuándo se presenta la misma, si es pasajera, si solo es a la hora de ir a la escuela, al deporte o a la iglesia, si sucede los fines de semana o los días libres.
Con ella concurre la experta en conducta al enfatizar que los padres deben notar el patrón que siguen los niños. "Si es algo constante, casi todos los días por ejemplo a la hora de irse a la escuela. Hay que ver cuándo se presenta en la semana", sostiene.
¿Qué hay detrás del malestar?
Los niños pueden utilizar este tipo de mecanismos por distintas razones dependiendo el escenario. En el caso de la escuela, pudiera ser que están empezando en un nuevo plantel, que la maestra nueva es más fuerte, que los compañeros se burlaron de él por alguna situación o que no tienen amigos. Si la excusa es a la hora de hacer deportes o actividades extracurriculares razones para este comportamiento esconderían temor al reto, que le aburre la clase o no tiene motivación. En otros casos, como a la hora de dormir, algunos hasta fingen, lloran y manipulan con tal dormir con los padres o retardar irse a la cama, asevera la pediatra.
¿Qué deben hacer los padres?
"Los padres deben tener estructura, una rutina, ser consistentes, firmes y no dejarse manipular", asegura Rodríguez. Si el caso es que el niño se queja continuamente de dolor de estómago, náuseas o dolor de cabeza a la hora de ir a la escuela el padre "debe ser firme. Hablar con el niño e indicarle que va para la escuela. Si se pone mal, que la maestra llame". Y añade, "una vez lo dejas en la casa lo perdiste porque lo seguirá haciendo".
"El nene sabe que tiene el control y logra su objetivo" al no ir a la escuela. En el caso de los deportes, Rodríguez agrega que muchos ni siquiera se dan la oportunidad de experimentar y los padres se desesperan y los quitan de las prácticas.
Por último, ambas destacan que es vital la intuición de los padres y -sobre todo- la comunicación constante con los maestros y hasta con los mismos niños para corroborar si fingen o si existe un problema más serio. No obstante, alertan que si un menor se queja una vez quizás simule, pero si es ocasionalmente se debe llevar a una visita médica para determinar si detrás de su queja existe una causa física.
http://www.elnuevodia.com/estilosdevida/hogar/nota/pretextosdelosninosparaevadirlosdeberes-2101104/

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