Los movimientos
generados por la economía en China esta produciendo cambios en su mercado
doméstico y desmejorando el panorama de las empresas extranjeras que trabajan
allí. Entre las que ya translucieron su situación son las marcas de lujo como
Hermès, LVMH y Prada, que cotiza en Hong-Kong y ya había sufrido una baja
importante de sus valores.
La desaceleración de
las marcas de lujo en China esta marcada por la combinación de consumidores
cautelosos, medidas enérgicas del gobierno contra los obsequios ostentosos y la
nueva preferencia por las marcas de indumentaria más discretas ha influido en
el ritmo de crecimiento.
En octubre pasado,
Altagamma, una asociación de empresas de este sector, había calculado que el
mercado asiático de artículos de lujo iba a expandirse un 6% este año. En mayo,
ajustó su pronóstico al 2%. Ahora se espera que Asia crezca a un ritmo menor
que cualquier otro lugar del mundo.
Todo esto plantea un
desafío para los grupos que durante años se enfocaron en Asia en general y en
China en particular.
Demos un vistazo a los
números del primer trimestre de Burberry, anunciados en julio. A pesar de
admitir que “el entorno externo sigue siendo un desafío”, la compañía dijo que
el gasto de capital el próximo año se elevará en un 15%, y el gasto se
centraría en la venta minorista y en la región Asia-Pacífico.
Sin embargo, las
empresas dicen tener buenas razones para seguir apuntando al mercado de China.
Un reciente informe de la consultora Euromonitor señala que las pequeñas
ciudades y la demanda de marcas más discretas y menos conocidas son dos áreas
de crecimiento.
Si se le agrega la
demanda de India, y de los mercados más antiguos como Japón, aún hay esperanzas
para el sector de artículos de lujo. También dice que los grupos empresarios
exitosos serán aquellos que sean lo suficientemente ágiles como para aprovechar
las diversas oportunidades.
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El Cronista / Comunidad Textil
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El Cronista / Comunidad Textil
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