La familia es, sin duda alguna, el contexto socializador y el primer
entorno natural por excelencia. Esto es clave, no solo para algunas familias,
sino, muy especialmente, para aquellas de personas que se encuentran en alguna
situación de discapacidad.
Desde una perspectiva sistémica
de la familia, es necesario tener en cuenta que lo que sucede con uno de los
integrantes de la misma va a influir, ya sea positiva o negativamente, en todo
el núcleo familiar.
De esta forma, las diferentes
concepciones de calidad de vida en el tema de la discapacidad ponen en
evidencia que la calidad de vida individual de la persona con discapacidad y la
calidad de vida de la familia guardan estrecha relación, y, por consiguiente,
el empoderamiento de la familia resulta clave en la mejora de la calidad de
vida de la persona con discapacidad.
De acuerdo con estos
planteamientos, las familias de personas que se encuentran en alguna situación
de discapacidad se preguntan: ¿es posible generar procesos de inclusión para su
familiar? En otras palabras, ¿es posible que mi familiar con discapacidad pueda
tener una participación plena, efectiva y en igualdad de condiciones en la
sociedad?
A pesar de un panorama negativo
y oscuro, al que con mucha frecuencia se enfrentan las familias desde el
momento en que reciben el diagnóstico, un gran número de familias han podido
generar procesos de resiliencia, cambiando las historias de dolor y de angustia
que vivían, por nuevas historias de felicidad, esperanza y gozo.
Frente a la pregunta inicial de
este escrito, acerca de la posibilidad de lograr procesos de inclusión de las
personas con discapacidad desde la familia, la respuesta es definitiva: ¡Sí es
posible! El camino y el proceso no serán fáciles, pero con mucho amor, apoyo
mutuo de todos los integrantes de la familia y de otras personas ¡Sí es
posible!
Al respecto, quisiera compartir
algunas ideas clave desde mi experiencia en el área de la discapacidad, y sobre
todo desde las vivencias de las propias familias y las personas que viven
alguna situación de discapacidad:
1. Invitar apoyos: es
fundamental que se invite a otras personas a apoyar a la familia. Por ejemplo,
la familia extensa, amigos, vecinos, profesores, profesionales y, en general,
personas de la comunidad y la sociedad.
2. Promover y fortalecer las
habilidades de la persona: enfocarse en aquello que SÍ puede hacer su familiar
con discapacidad, en lugar de aquello que no puede hacer o que le genera
dificultad.
3. Tener en cuenta las
preferencias y gustos de la persona con discapacidad: pregúntele a su familiar
por aquello que le gusta o que le disgusta, de manera que su opinión y sus
preferencias también sean tenidas en cuenta.
4. No menosprecie ni considere
menos a la persona con discapacidad: a pesar de tener habilidades diferentes,
recuerde que son ante todo personas y, por tanto, no son menos dignos de
alcanzar sus sueños.
5. Felicitarlo por sus logros:
es fundamental felicitarlo y animarlo a continuar, pues los logros que vaya
alcanzando, van a ser eslabones para llegar a metas más altas y a cumplir sus
expectativas. Cada logro es muy valioso por pequeño que este sea.
6. Darle oportunidades de
elección: es muy importante darle oportunidades para que su familiar con
discapacidad pueda elegir y tomar sus propias decisiones. Poco a poco, y con
guía y orientación de los demás integrantes de la familia, y los apoyos que
reciba, alcanzará mayor autonomía y protagonismo de su propia vida.
7. Trátelo de acuerdo a su edad
y no lo sobreproteja: aunque su familiar adolescente o adulto con discapacidad
se comporte en ocasiones como un niño, no refuerce estas conductas, por el
contrario respóndale y exíjale de acuerdo a su edad. También, aunque en
ocasiones parezca vulnerable, si lo sobreprotege refuerza esa vulnerabilidad y
no permite que se empodere y alcance mayores niveles de independencia y
autonomía.
8. Favorezca espacios de
inclusión escolar y en la comunidad: estos espacios permiten que su familiar
con discapacidad pueda aprender nuevas habilidades, y las pueda poner en
práctica en el día a día, es decir le resulten funcionales y el aprendizaje sea
significativo. Esto teniendo en cuenta que en varias ocasiones sucede que se
aprenden, por ejemplo, los números de memoria, pero a la hora de aplicar
cantidades en el día a día tienen dificultades
http://www.unisabana.edu.co/nc/la-sabana/campus-20/noticia/articulo/la-inclusion-de-las-personas-con-discapacidad-desde-la-familia-si-es-posible-columna-de-opini/
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