INTRODUCCIÓN
Partiendo del nuevo concepto de Discapacidad Intelectual planteado en la 11ª edición del Manual de la Asociación Americana de Discapacidad Intelectual y del Desarrollo (AAIDD) y basándonos en el artículo de Verdugo y Shalock (2010), se entiende la discapacidad intelectual no como una característica meramente biológica sino relacionada directamente con el contexto, dejando de lado la discusión del peso entre ambiente y factores internos para ponerlo todo al mismo nivel. De este modo podemos decir que la familia, como núcleo central durante el crecimiento de cualquier niño, es uno de los contextos donde es necesario focalizar nuestros esfuerzos para que se cree un clima que ayude a mejorar la calidad de vida de estos niños (Gónzalez-del-Yerro, Simón, Cagigal y Gómez, 2013).
Partiendo del nuevo concepto de Discapacidad Intelectual planteado en la 11ª edición del Manual de la Asociación Americana de Discapacidad Intelectual y del Desarrollo (AAIDD) y basándonos en el artículo de Verdugo y Shalock (2010), se entiende la discapacidad intelectual no como una característica meramente biológica sino relacionada directamente con el contexto, dejando de lado la discusión del peso entre ambiente y factores internos para ponerlo todo al mismo nivel. De este modo podemos decir que la familia, como núcleo central durante el crecimiento de cualquier niño, es uno de los contextos donde es necesario focalizar nuestros esfuerzos para que se cree un clima que ayude a mejorar la calidad de vida de estos niños (Gónzalez-del-Yerro, Simón, Cagigal y Gómez, 2013).
Y es que, la calidad de vida de las personas con discapacidad
intelectual dependerá de los mismos factores que son importantes también para
las personas sin ningún tipo de discapacidad (Gràcia y Vilaseca, 2008). Pero a
pesar de que esto sea así, Córdoba y Soto (2007) también creen que hay otros
patrones que muestran diferencias a lo largo de su vida familiar, y señalan la
importancia que debe tener el estudio del ajuste de la familia de las personas
con discapacidad a lo largo de su ciclo vital. Por lo tanto, la discapacidad
intelectual se debe entender partiendo del modelo ecológico y contextual, donde
su concepción se basa en la interacción de la persona y el contexto.
Calidad de Vida
El concepto de calidad de vida ha sido definido de varias maneras y expuesto en gran cantidad de estudios, Gràcia y Vilaseca (2008) hablan de un concepto subjetivo en relación con el grado de satisfacción personal experimentado respecto a la adquisición de las necesidades básicas del entorno: la familia, la escuela, el trabajo y la comunidad.
El concepto de calidad de vida ha sido definido de varias maneras y expuesto en gran cantidad de estudios, Gràcia y Vilaseca (2008) hablan de un concepto subjetivo en relación con el grado de satisfacción personal experimentado respecto a la adquisición de las necesidades básicas del entorno: la familia, la escuela, el trabajo y la comunidad.
La calidad de vida en general dependerá de numerosas variables,
Arroyave y Freyle (2009) la relacionan con la autodeterminación pero podemos
encontrar otras relaciones con: bienestar emocional, relaciones
interpersonales, desarrollo personal, bienestar físico, inclusión social y
derechos propios. Aun así, en el caso de niños con discapacidad intelectual
Gónzalez-del-Yerro et. al. (2013) señalan que otros de los factores más
destacados serán: el grado de discapacidad intelectual, la forma en cómo se les
comunica la noticia, el nivel de preparación de los profesionales, la
información que han recibido sobre la discapacidad y el apoyo que tendrán de la
familia extensa.
Para poder mejorar la calidad de vida de las familias, remarcan
que hay que conocer las percepciones que estas tienen de sus prioridades y los
factores que más importancia tienen, es decir, aquellos que ejercen una mayor
influencia.
La familia
Así pues es clara la importancia que tiene el contexto familiar como a entorno de interacción y fuente de apoyo. Por lo tanto, es más que necesario promover la relación entre todos sus miembros, facilitar la comunicación e intentar incluir la familia extensa en la red natural de apoyo mutuo. Hay que empezar a entender la familia como un concepto más amplio, rompiendo las barreras de la concepción más tradicional para ampliarla con aquellas a las que están unidas por lazos más intensos como el afecto, la solidaridad, la tolerancia y el respeto mutuo (Córdoba y Soto, 2007).
Así pues es clara la importancia que tiene el contexto familiar como a entorno de interacción y fuente de apoyo. Por lo tanto, es más que necesario promover la relación entre todos sus miembros, facilitar la comunicación e intentar incluir la familia extensa en la red natural de apoyo mutuo. Hay que empezar a entender la familia como un concepto más amplio, rompiendo las barreras de la concepción más tradicional para ampliarla con aquellas a las que están unidas por lazos más intensos como el afecto, la solidaridad, la tolerancia y el respeto mutuo (Córdoba y Soto, 2007).
Actualmente la reivindicación de un modelo centrado en la
familia es clave, de forma que esta participe desde el primer momento en el
proceso de decisiones e intervención, como un miembro más del equipo (Gràcia y
Vilaseca, 2008). Y cuando una de las personas dentro de la familia tiene una
discapacidad existe una mayor necesidad de que esta familia llegue a ser una
estructura social efectiva y, por lo tanto, esto toma todavía mucha más
importancia (Córdoba y Soto, 2007).
Además de los padres, trataremos el tema de los hermanos en un
punto a parte. En su investigación González-del-Yerro et. al. (2013) explican
que el papel que deben jugar los hermanos en cuanto a la atención y el cuidado
del hermano con discapacidad intelectual es uno de los temas del debate que no quedó
resuelto. Éste es, pues, un tema que remueve los sentimientos y las
características psicológicas personales de cada uno de los hermanos
participantes en los grupos de discusión.
Un hijo con discapacidad intelectual es para toda la vida y los
familiares han de aprender a aceptar la discapacidad en su globalidad, aceptar
a su hijo tal y cómo es para poder empezar a trabajar con él y proporcionarle
un contexto favorable de desarrollo. Entendiendo el ciclo vital desde el modelo
ecológico como lo hacen Córdoba y Soto (2007), podemos estar seguros que en
cada etapa de su crecimiento encontraremos crisis a las cuales nos tendremos
que enfrentar, es decir, etapas donde se tendrán que desarrollar estrategias de
superación que ayuden a mejorar la calidad de vida de los niños con
discapacidad intelectual y no a empeorarla. En consecuencia, todo esto nos
lleva a entender que es más que necesaria la información y la tutoría de estas
familias desde el nacimiento del niño.
IMPACTO Y REPERCUSIONES DEL NACIMIENTO DE UN HIJO CON
DISCAPACIDAD INTELECTUAL EN EL NÚCLEO FAMILIAR A LO LARGO DEL CICLO VITAL
Como señalan Zapata, Bastida, Quiroga, Charra y Leiva (2013) tener un hijo con discapacidad constituye un desafío en el que se debe trabajar para no entender la discapacidad como un fracaso sino para aceptarla y empezar a andar. La noticia puede generar bastantes conflictos que dificultan la dinámica familiar a la cual estaban acostumbrados y es más que probable que surja la necesidad de reestructurarse para poder superar los niveles de estrés a los que pueden estar expuestos y que pueden influir en el bienestar del miembro de la familia.
Como señalan Zapata, Bastida, Quiroga, Charra y Leiva (2013) tener un hijo con discapacidad constituye un desafío en el que se debe trabajar para no entender la discapacidad como un fracaso sino para aceptarla y empezar a andar. La noticia puede generar bastantes conflictos que dificultan la dinámica familiar a la cual estaban acostumbrados y es más que probable que surja la necesidad de reestructurarse para poder superar los niveles de estrés a los que pueden estar expuestos y que pueden influir en el bienestar del miembro de la familia.
Será necesario que nos detengamos a señalar, como comentan
Córdoba y Soto (2007), que se experimentan varias etapas determinadas a lo
largo de todo el ciclo vital, además de unas etapas de transición. Una de las
etapas más importantes será la del diagnóstico, una primera crisis que obliga a
transformar esquemas y reconvertir formas de actuación y responsabilidades
familiares. Así pues, Lozano y Pérez (2000) explican que existe un conjunto de
reacciones y emociones comunes que se pueden englobar en tres fases: una
primera de conmoción o incredulidad; la fase de reacción y comprensión de los
hechos (protección, rechazo, dolor, culpabilidad, etc.), y una última fase de
adaptación, donde los padres intentan responder los interrogantes para hacer
frente a la nueva realidad. Es por eso que la información sobre el diagnóstico
es fundamental porque los padres recuperan la autoeficacia parental, entiendan
el futuro de su hijo y sepan cuáles deben ser las pautas de crianza (Córdoba y
Soto, 2007).
Pero después del nacimiento, explican que aún tendrán que
afrontar cinco etapas detectadas como críticas: la infancia temprana, la niñez,
la adolescencia, la etapa adulta y la vejez. En la infancia temprana la familia
se habitúa a las rutinas y las necesidades internas. Con la niñez llega la
escolarización y todos los miedos respecto a la inclusión y a su futuro. En la
adolescencia se inician procesos como la maduración sexual, la independencia
emocional y el desarrollo de la identidad, por los cual esta es una de las
etapas más estresantes tanto para el joven cómo para el resto de miembros de la
familia. En la edad adulta es donde se tendrá que poner énfasis en su independencia
para poder llegar a la última etapa, la vejez, en la que se deberán buscar
mecanismos de cura y protección.
Dentro de las diferentes etapas deberemos explorar cuáles son
las estrategias que utilizan las familias para hacer frente a las crisis que se
presentan en su día a día. Como dicen Grado y Fernández (2010) en su estudio,
la evaluación del impacto que tiene la discapacidad en familias tiene que
hacerse desde la detección y comprensión de la manera que tienen sus miembros
de afrontar los acontecimientos estresantes, señalando cuáles son las
estrategias utilizadas para superar los problemas. Estas estrategias podrán ser
de muchos tipos, Espadà y Grado (2012) diferencian dos: activas y pasivas. Así,
en la evaluación que hacen Zapata et. al. (2013), la utilización de técnicas de
afrontamiento activas: como la reestructuración cognitiva, la expresión
emocional, la apertura social, el aislamiento y la autocrítica, son menos
utilizadas y por lo tanto los resultados de bienestar psicológico son de niveles
más bajos.
Los hermanos de niños con discapacidad
Más allá de los padres están los hermanos que forman parte del núcleo central familiar, la reacción y la forma de actuar de los cuales será diferente a las de los padres. Y es que no se puede negar que el nacimiento de un niño con discapacidad no supone sólo un giro en la vida de los padres, sino que también lo es para los hermanos, influyendo directamente en la construcción de su parte afectiva y psicológica (Lizasoain, 2007).
Más allá de los padres están los hermanos que forman parte del núcleo central familiar, la reacción y la forma de actuar de los cuales será diferente a las de los padres. Y es que no se puede negar que el nacimiento de un niño con discapacidad no supone sólo un giro en la vida de los padres, sino que también lo es para los hermanos, influyendo directamente en la construcción de su parte afectiva y psicológica (Lizasoain, 2007).
Aquello que no está claro es cómo les afecta, es decir, si este
impacto es generalmente positivo o, contrariamente, tiene efectos negativos en
el desarrollo posterior de los hermanos. No está claro, según Iriarte e
Ibarrola-García (2010), que el hecho de tener un hermano con discapacidad
implique una gran dificultad en el ajustamiento psicológico, puesto que no se
encuentran datos significativos ni a favor ni en contra. Por otra parte, varias
investigaciones han destacado que los hermanos de niños con necesidades educativas
especiales suelen presentar problemas de identificación, socialización y
necesidad de compensación, debido a la adopción temprana de grandes
responsabilidades con sus hermanos o sentimientos de culpabilidad, abandono,
tristeza o vergüenza (Lizasoain y Onieva, 2010). Por lo tanto, lo que se
entiende principalmente, es que es posible vivir sentimientos, emociones y
experiencias muy positivas y al mismo tiempo muy negativas y estresantes en
cuanto a la discapacidad (Iriarte e Ibarrola-García, 2010).
La buena relación con los hermanos no siempre surgirá de forma
espontánea, sino que los padres han de estar bien atentos para darles el apoyo
(González-del-Yerro et. al., 2013). Además los celos se agravan ante el hecho
de que un hermano con discapacidad tiene unas necesidades específicas que
requieren una mayor atención y un mayor tiempo con sus padres (Lizasoain,
2007).
Pero el papel que deben jugar los hermanos sigue siendo un tema
abierto, y así lo constatan González-del-Yerro et. al. (2013) con las dos
posturas muy diferenciadas que encuentran a sus grupos de discusión: por un
lado aquellos que piensan que se tiene que respetar el espacio de los hermanos
y evitar imponerles la presencia del hermano con discapacidad, permitiéndoles
escoger las responsabilidades que quieren asumir y, por otro lado, aquellos
otros que defienden que hay que hacerlos partícipes de la cura y la atención
que las personas con discapacidad intelectual tienen desde pequeñas. Así pues,
será importante intentar motivar a los pequeños para que se desarrollen como
personas independientes y no como si fueran una extensión del hermano con
discapacidad (Lizasoain y Onieva, 2010).
Está claro que no sólo las variables psicológicas y de
afrontamiento influyen, los padres de los grupos de discusión en González-del-Yerro
et. al. (2013) señalan otras contextuales, que les afectan de forma más
directa, a saber: la economía, el bienestar social, la ausencia de ayudas
gubernamentales, el número de hijos, la relación entre los padres y la familia,
etc. Y es que la falta de apoyos y la inestabilidad económica pueden llegar a
empeorar la situación familiar afectando el bienestar psicológico de sus
miembros.
ALGUNAS PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN PARA LAS FAMILIAS DE NIÑOS CON
DISCAPACIDAD INTELECTUAL
Después de haber visto la importancia que tiene la familia y las numerosas etapas de crisis a las cuales están expuestas estas familias, se hace más que evidente la necesidad de los profesionales de la educación de obtener herramientas de intervención para salvaguardar la calidad de vida de estas familias, así como su bienestar psicológico. En general se observa que una intervención con el niño no es suficiente y que se debe tener en cuenta otro tipo de intervención que trabaje con la familia directamente porque estos refuerzan aquello trabajado con el niño e incorporan pautas de actuación en su día a día (Gràcia y Vilaseca, 2008). Como señalan González-del-Yerro et. al., (2013), la atención que hacen los miembros de la familia a las personas con discapacidad intelectual no es una cuestión sólo de cantidad, sino también de calidad. Es por ello que es tan importante recibir una buena orientación que les sirva de guía para mejorar su ayuda espontánea.
Después de haber visto la importancia que tiene la familia y las numerosas etapas de crisis a las cuales están expuestas estas familias, se hace más que evidente la necesidad de los profesionales de la educación de obtener herramientas de intervención para salvaguardar la calidad de vida de estas familias, así como su bienestar psicológico. En general se observa que una intervención con el niño no es suficiente y que se debe tener en cuenta otro tipo de intervención que trabaje con la familia directamente porque estos refuerzan aquello trabajado con el niño e incorporan pautas de actuación en su día a día (Gràcia y Vilaseca, 2008). Como señalan González-del-Yerro et. al., (2013), la atención que hacen los miembros de la familia a las personas con discapacidad intelectual no es una cuestión sólo de cantidad, sino también de calidad. Es por ello que es tan importante recibir una buena orientación que les sirva de guía para mejorar su ayuda espontánea.
Algunos planteamientos de intervención
En cuanto a la intervención, por un lado está la naturalista, que encontramos expuesta en el trabajo de Gràcia y Vilaseca (2008). En este tipo de intervención se intenta partir de las descripciones de los procesos naturales e interactivos que viven los niños con sus madres en su ámbito de cotidianidad. Hay que señalar que ésta se basa sobre todo en trabajar la comunicación y el lenguaje, y los expertos afirman que sus resultados son claramente satisfactorios. Por otro lado también hemos encontrado el planteamiento, ya comentado, de la intervención desde el modelo ecológico, que tiene en cuenta todas las fases del ciclo vital del discapacitado, partiendo de la familia como eje central de este desarrollo a lo largo del tiempo (Córdoba y Soto, 2007).
En cuanto a la intervención, por un lado está la naturalista, que encontramos expuesta en el trabajo de Gràcia y Vilaseca (2008). En este tipo de intervención se intenta partir de las descripciones de los procesos naturales e interactivos que viven los niños con sus madres en su ámbito de cotidianidad. Hay que señalar que ésta se basa sobre todo en trabajar la comunicación y el lenguaje, y los expertos afirman que sus resultados son claramente satisfactorios. Por otro lado también hemos encontrado el planteamiento, ya comentado, de la intervención desde el modelo ecológico, que tiene en cuenta todas las fases del ciclo vital del discapacitado, partiendo de la familia como eje central de este desarrollo a lo largo del tiempo (Córdoba y Soto, 2007).
Es decir, con estos planteamientos se deja de lado la concepción
patológica de la discapacidad, desde un análisis médico, para abordar esta
realidad desde una visión contextual y social que se acerca al sistema
familiar, partiendo del empoderamiento como premisa básica. Volver a impulsar
los sentimientos de competencia y poder en familias con personas con
discapacidad tiene que ser clave para recuperar la sensación de control
personal y autoeficacia a su entorno más próximo. Sin embargo, todo ello sólo
se podrá conseguir a través de pautas de trabajo como son el respeto mutuo, la
cooperación y la comunicación abierta entre familias y profesionales.
Además, basándonos en los datos de Zapata et. al. (2013) para la
mejora del bienestar psicológico, se resalta la importancia de la utilización
de la reestructuración cognitiva y la autocrítica, así como la no utilización
de la evitación que, a pesar de servir para eliminar tensiones en un primer
momento, no hace sino ayudar a empeorar las relaciones familiares. Por lo
tanto, los profesionales tenemos que empezar a trabajar en el entrenamiento y
la facilitación de estas estrategias psicológicas que ayudan a mejorar tanto el
bienestar psicológico como la calidad de vida de las familias.
En cuanto al acompañamiento temprano, el equipo profesional
Córdoba y Soto (2007) dice que es primordial para afrontar sobre todo el
estrés de la primera etapa, puesto que ayuda a generar adaptaciones funcionales
que facilitan la generalización de mecanismos de afrontamiento. Así, se apunta
que la intervención tiene que ser constante durante todo el ciclo vital y en
cada una de las etapas de crisis y de transición.
Uno de los objetivos de estas intervenciones es la potenciación
de la autonomía y la autodeterminación, propuesta como un reto (Arroyave y
Freyle, 2009). Ésta ayudará a mejorar la calidad de vida familiar puesto que
liberará la sobrecarga que supone el hacerse cargo del hijo con discapacidad.
Acceso a la información
Pero además, una de las piezas clave en el camino será la información. Como señalan Córdoba y Soto (2007) esta tarea será fundamentalmente de los profesionales y tiene que servir para que los padres y madres recuperen su autoeficacia como tutores, aclaren sus expectativas de futuro de su hijo y tengan una guía para la crianza. Además, Gràcia y Vilaseca (2008) afirman que será necesario establecer vías de comunicación entre los profesionales y las familias para poder recibir toda la información sobre los recursos disponibles y la orientación en pautas de crianza.
Pero además, una de las piezas clave en el camino será la información. Como señalan Córdoba y Soto (2007) esta tarea será fundamentalmente de los profesionales y tiene que servir para que los padres y madres recuperen su autoeficacia como tutores, aclaren sus expectativas de futuro de su hijo y tengan una guía para la crianza. Además, Gràcia y Vilaseca (2008) afirman que será necesario establecer vías de comunicación entre los profesionales y las familias para poder recibir toda la información sobre los recursos disponibles y la orientación en pautas de crianza.
La evidencia es tal que ya son muchos los países que cuentan con
un servicio con estas características denominado de diferentes maneras: el Plan
de Capacitación Individual que
empieza en el mismo momento del diagnóstico, otro ejemplo es unaOficina de Asesoramiento Familiar que ayuda a valorar las diferentes
necesidades del niño y los recursos que necesitaría a lo largo de su ciclo
vital. En nuestro caso el servicio más pareciendo a esta propuesta serían los
Servicios y Centros de Atención Temprana que Córdoba y Soto (2007)
señalan como programas que preparan las familias para asumir los retos que se
les presentarán a lo largo de toda la vida.
Colaboración, coordinación y apoyo externo
En cuanto a la planificación de programas de intervención es importante que profesionales y familias estén inmersos en el proceso de construcción, puesto que cada uno aportará sus propias experiencias y conocimientos (Gràcia y Vilaseca, 2008). Y es que la familia tiene que formar parte desde el primer momento del equipo que se encargará de la intervención y el trabajo directo con su hijo, siendo un miembro más dentro del proceso de intervención.
En cuanto a la planificación de programas de intervención es importante que profesionales y familias estén inmersos en el proceso de construcción, puesto que cada uno aportará sus propias experiencias y conocimientos (Gràcia y Vilaseca, 2008). Y es que la familia tiene que formar parte desde el primer momento del equipo que se encargará de la intervención y el trabajo directo con su hijo, siendo un miembro más dentro del proceso de intervención.
Partiendo de la realidad que los niños con discapacidad
intelectual necesitan de un equipo multiprofesional de trabajo formado por
logopedas, psicólogos, educadores, maestros de pedagogía terapéutica, etc.,
tendremos que tener en cuenta la colaboración constante entre los mismos
profesionales, que tendrán que tejer una red de comunicación fluida entre los
diferentes profesionales y familias. No se puede entender la coordinación como
una tarea más de su trabajo, sino que se debe plantear como una metodología de
trabajo.
Aun así, también se tendrá que intentar tejer una ancha red de
apoyo social como un punto clave en la obtención de una buena calidad de vida.
Así las familias en González-del-Yerro et. al. (2013) remarcan el papel que
desarrollan las asociaciones, las cuales a veces forman el único círculo social
de las personas con discapacidad intelectual. Estas son, realmente, uno de los
agentes más importantes para conseguir el objetivo del que hablamos.
Por último, a pesar de que las administraciones no sean un
factor que afecte directamente a la calidad de vida de las familias, sí que
afectan la cantidad y calidad de recursos que les destinan. Tanto los recursos
materiales y humanos como la economía y las subvenciones son factores que
afectan las familias y su bienestar psicológico (Zapata et. al., 2013). Es
importante conocer que las familias en González-del-Yerro et. al. (2013) se
quejan de la escasa ayuda que reciben de las administraciones y piden la
apertura de centros de día donde puedan atender sus familiares en momentos
críticos.
Comunicación Familiar
Otro aspecto de gran relevancia será la comunicación entre los miembros de la familia, puesto que es uno de los secretos para llegar a la obtención de una buena calidad de vida. En el estudio de Lizasoain (2007) se identifica que un alto grado de comunicación entre los padres y entre todos los miembros de la familia se asocia a una mejor adaptación a la situación de discapacidad. Pero es todavía en muchas familias un deseo anhelado, puesto que no nos referimos simplemente a un intercambio de información, sino que para que tenga sentido y ayude en la obtención del objetivo de mejorar las relaciones familiares, se tendrá que basar en el intercambio de sentimientos, experiencias y emociones, y también en el compartir desde el respeto diferentes puntos de vista (González-del-Yerro et. al., 2013).
Otro aspecto de gran relevancia será la comunicación entre los miembros de la familia, puesto que es uno de los secretos para llegar a la obtención de una buena calidad de vida. En el estudio de Lizasoain (2007) se identifica que un alto grado de comunicación entre los padres y entre todos los miembros de la familia se asocia a una mejor adaptación a la situación de discapacidad. Pero es todavía en muchas familias un deseo anhelado, puesto que no nos referimos simplemente a un intercambio de información, sino que para que tenga sentido y ayude en la obtención del objetivo de mejorar las relaciones familiares, se tendrá que basar en el intercambio de sentimientos, experiencias y emociones, y también en el compartir desde el respeto diferentes puntos de vista (González-del-Yerro et. al., 2013).
Intervención específica en hermanos de niños con discapacidad
intelectual
El trabajo con los hermanos tiene que ser diferente puesto que no estamos tratando con adultos, Estos son pequeños y están todavía construyendo su propio sistema de valores y mecanismos de defensa. La realidad es que existe una gran diversidad a la hora de producir una respuesta emocional por parte de ellos, hecho que nos indica que los hermanos de personas con discapacidad intelectual pueden tener necesidades específicas en este proceso de adaptación (Iriarte e Ibarrola-García, 2010). Por lo tanto, tomar conciencia sobre este tema tiene que conducir a establecer servicios educativos y desarrollar estrategias de afrontamiento que ayudan a mejorar la adaptación en la discapacidad también por parte de los hermanos (Lizasoain, 2007).
El trabajo con los hermanos tiene que ser diferente puesto que no estamos tratando con adultos, Estos son pequeños y están todavía construyendo su propio sistema de valores y mecanismos de defensa. La realidad es que existe una gran diversidad a la hora de producir una respuesta emocional por parte de ellos, hecho que nos indica que los hermanos de personas con discapacidad intelectual pueden tener necesidades específicas en este proceso de adaptación (Iriarte e Ibarrola-García, 2010). Por lo tanto, tomar conciencia sobre este tema tiene que conducir a establecer servicios educativos y desarrollar estrategias de afrontamiento que ayudan a mejorar la adaptación en la discapacidad también por parte de los hermanos (Lizasoain, 2007).
Una parte importante es el tema de la comunicación familiar. Es
cuando los padres no se comunican con sus hijos y tratan de esconder sus
sentimientos instalándose el silencio en la dinámica familiar y,
consiguientemente, la discapacidad se acaba presentando como un secreto que
puede conducirle a replegarse sobre él mismo, corriendo así el peligro de
aislarse del mundo exterior (APPS, 2005). Dicen Lizasoain y Onieva (2010)
respeto a los hermanos de las personas con discapacidad, que es necesario que
comuniquen aquello que sienten para que puedan sentirse comprendidos.
Esto se debe al hecho de que los niños necesitan respuestas
claras a todas sus cuestiones, necesitan poder entender aquello que está
ocurriendo a su alrededor y ponerle nombre a las cosas, por este motivo, la
información —así como para las familias— también debe estar a su alcance.
Mostrarles como pueden jugar juntos o como pueden comunicarse con él, pueden
ser estrategias que ayuden a mejorar su relación y les hagan comprender la
posición que han de adoptar ante la discapacidad del hermano.
Algunas propuestas claras para trabajar con los hermanos de los
niños con discapacidad nos las presenta Ponce (2007) y las divide según la
edad: a las primeras edades se proponen Talleres de Hermanos,
también conocidos como Shibshops o Clubes de Hermanos, en
estos talleres lo que se pretende es que se pueda conocer al hermano, que sea
capaz de verbalizar sus sentimientos para conocerlos, y que consigan desdibujar
las dificultades que puedan existir en la comprensión y vivencia de la
discapacidad. Para poder trabajar con los más mayores se utiliza un formato más
serio, como pueden ser las charlas-taller omesas
redondas, o en el caso de hermanos que ejercen de tutores, hacer grupos
de apoyo.
CONCLUSIONES
Sabemos pues que el nacimiento de un niño con discapacidad intelectual genera un impacto importante en todas las familias a pesar de que, evidentemente, como se da de forma diferente, se afrontarán los retos ligados a la discapacidad de manera diversa.
En este artículo hemos podido hacer un repaso sobre cuáles son
las variables en las que se sujeta la calidad de vida y de qué manera los
familiares potencian o reducen el impacto según las estrategias psicológicas
utilizadas o los estilos parentales. Pero también sabemos que estas variables
no son las únicas que tenemos que tener en cuenta, dado que, como apunta la
FEAPS, hay muchas variables ligadas a la calidad de vida. Por un lado las ya
mencionadas y tratadas a lo largo del artículo: la interacción familiar, el
bienestar emocional, la acomodación de la familia y las habilidades parentales.
Pero por otro lado, también se incluyen la inclusión social, la salud y la
economía, que, a pesar de estar mencionadas también, no hemos entrado en su
análisis.
Podemos extraer también de esta revisión que ninguna investigación
ha podido concluir si la discapacidad intelectual genera un impacto positivo o
negativo, lo único que se puede entender es que puede generar sentimientos de
ambos tipos que coexistirán a lo largo de todo el ciclo vital. Será por lo
tanto nuestra tarea potenciar los sentimientos positivos y ayudar a generar
estrategias, tanto para los padres como para los hermanos, que les faciliten la
reestructuración cognitiva, para saber enfrentarse con normalidad a la
cotidianidad de la discapacidad (APPS, 2005).
Deberán destacarse dos aspectos relevantes para tenerlos en
cuenta en nuestra tarea profesional y el trabajo con las familias. Por un lado
será muy importante el trabajo comunicativo y el trabajo emocional a nivel
familiar, puesto que desde las familias se señala que una buena comunicación
puede hacer disminuir en gran medida las tensiones y mejorar sus propias
dinámicas (Lizasoain, 2007). Y por otro lado, como ya hemos visto, los estudios
señalan la importancia de dar la información que necesitan los familiares desde
el primer momento del diagnóstico (Córdoba y Soto, 2007; Gràcia y Vilaseca,
2008), donde es de especial relevancia el acompañamiento, visto que será el
momento donde se afrontan las primeras etapas críticas, donde tendrá que
entender y aceptar la discapacidad para poder continuar avanzando.
Otros aspectos que se han visto como positivos son: tejer una
buena red social y de apoyo mutuo —que puede venir de la mano de las
asociaciones—, que las administraciones se comprometan a dar los recursos
materiales y humanos necesarios para las familias con algún miembro en
discapacitado y la puesta en funcionamiento de más centros de atención
temprana, puesto que se obtienen buenos resultados.
Por último, es necesario señalar la importancia de trabajar
también con los hermanos dado que su manera de enfrentarse a la noticia de la
discapacidad será diferente a la de los adultos. En efecto, conocer este hecho
ha de ayudar a establecer también programas de ayuda a los hermanos, que se
basen sobre todo en la comunicación y en la expresión de sentimientos.
Así pues, después de evaluar el impacto y ver las variables que
afectan a las familias, creemos que esta revisión nos ayudará a poner el acento
en aquellos aspectos que, como profesionales, tenemos a nuestro alcance y
pueden ayudar a mantener un buen bienestar psicológico y una buena calidad de
vida de las familias.
http://ambitsdepsicopedagogiaiorientacio.cat/impacto-y-calidad-de-vida-en-familias-de-hijos-con-discapacidad-intelectual-algunos-apuntes-alrededor-de-la-intervencion/?lang=es
Comentarios
Publicar un comentario