Ya hace muchos años que se han popularizado los beneficios de dormir la siesta: mejora la memoria, aumenta la atención y permite reducir el número de errores cometidos. Asimismo, hay pruebas que demuestran que una pequeña siesta permite incrementar la creatividad del trabajador.
Con estos datos en la mano,
coach, consejeros,asesores y medios se lanzaron a recomendar una pausa para los
trabajadores. El problema es que no es posible: la oficina no está hecha para
dormir la siesta.
El sitio más adecuado sería
una sala para siestas, pero solo el 6% de las empresas encuestadas por la
National Sleep Foundation en 2011 decía haber diseñado una habitación de este
tipo. "Ese es el principal problema", apunta Christopher Lindholst,
fundador y director ejecutivo de MetroNaps, que fabrica cápsulas para dormir.
¿Dónde va una persona si no hay un lugar específico para hacer una siesta en su
lugar de trabajo? Se puede acostar debajo del escritorio, pero en general nadie
quiere que lo vean durmiendo en el piso?. Además, a la gente le preocupa
roncar, babarse o hablar en sueños. O simplemente parecer memo.
Aturdimiento posterior
Otro de los problemas es el
autrdimiento justo después de la siesta. Cuando uno se despierta con el pelo
revuelto o con marcas en la cara, ¿no se burlarán el resto de compañeros?
Superar estas dificultades, en teoría, merecerían la pena en aras de una mayor
productividad. "La diferencia se nota horas más tarde, cuando el rendimiento
cognitivo empieza a deteriorarse", apunta Lindholst.
Los expertos recomiendan dos
tipos de siesta para sacarles el máximo rendimiento. Por un lado está la de 20
minutos. Si se supera ese tiempo, se entra en un sueño profundo, y al
despertarse se experimenta una mayor inercia al sueño, y se tarda más en estar
alerta y volver al trabajo", explica el experto. La otra opción es la
siesta de 90 minutos, un ciclo completo de sueño, que evita ese aturdimiento.
Pero en horario laboral es complicado llevarla a cabo.
En cuanto al mejor momento
para hacer la siesta, Lindholst propone una fórmula: el punto medio del sueño
de la noche anterior más 12 horas. Por ejemplo, si usted se acostó a las 00.00
y se levantó a las 6.00, la hora perfecta para la siesta serían las 15.00.
Otros expertos consultados por Bloomberg son menos rígidos, y apuntan que
cualquier momento es bueno entre las 13.00 y las 16.00.
Distracciones y molestias
Otro problema para las siestas
son las distracciones y molestias: un email que llega, teléfonos sonando,
móviles vibrando... Existen numerosos accesorios para tratar de mitigar el
ruido o la luz, o reposacabezas para facilitar la postura. La industria ha
creado objetos pensados para facilitar la tarea: un kit de emergencia con cama
hinchable y saco de dormir, o un modelo avestruz que envuelve la cabeza con un
agujero para respirar.
Rebecca
Greenfield, de Bloomberg, trató de probarlos durante
unos días, pero ninguno acabó de convencerle plenamente. "Nunca me las
arreglé para dormir en el trabajo", explica. Sin embargo, si apreció los
beneficios de descansar la vista durante 20 minutos: "me sentía más
despierta y alerta".
"No basta con decirle a
la gente que se tome una siesta en el trabajo, hay que ofrecer soluciones,
sentencia Lindholst. "Nosotros apostamos por tener un espacio reservado,
donde se acepte y se anime a la siesta", concluye.
http://www.eleconomista.es/emprendedores-pymes/noticias/6957185/08/15/Dormir-la-siesta-en-el-trabajo-puede-ser-una-tarea-agotadora.html#.Kku8NpG55evgiNu
Comentarios
Publicar un comentario