Las personas deben tomar conciencia de su comportamiento y dialogar sobre ello con su familia y amigos, informarse y trabajar para enfrentar sus miedos. Los padres deben preparar a sus hijos
Tener autocontrol ante un sismo es clave para enfrentarlo y evitar dejarse llevar por impulsos que generan desesperación, miedo, llanto y salir corriendo sin medir los riesgos. De la forma como la persona reacciona para enfrentar un desastre dependerá mantener o perder su vida, para eso debe conocer su temperamento y trabajar en ello.
Así lo señaló Carlos Marchena, psicólogo del Instituto Nacional de Salud Mental, quien indicó que cuando se produce un evento adverso como en el caso de sismos, el cerebro es invadido por una cantidad anormal de estímulos que activan emociones fuertes, por lo que en segundos muchas personas pasan de un estado de calma a un estado de desesperación, perdiendo el control y otros entran en ataque de pánico.
Sostuvo que hay tres tipos de comportamiento que definen la reacción frente a un sismo y que las personas deben conocer para trabajar sobre ella y recuperar el control. Figuran el Comportamiento tipo A: relacionada con la persona emotiva e impulsiva en sus emociones. Usualmente reacciona con gritos, sale corriendo y entra en pánico porque no ha tenido la oportunidad de tener otra respuesta de conducta. “Por más que lea instructivos y le digan que mantenga la calma, ella va a reaccionar ante sus impulsos”, añadió.
También está el comportamiento tipo B: se asocia con la persona que se queda estática, lo que transmite que su temperamento, su miedo o alguna experiencia anterior ha ocasionado que su repuesta sea así y no ha tenido una orientación psicológica ni la preparación respectiva. Y el comportamiento tipo C: se relaciona con la persona que manifiesta la calma ante estas situaciones y actúa de una forma correcta controlando sus emociones. “Este tipo de personas son las que tienen autocontrol de sus emociones y serían las más indicadas para liderar y dirigir grupos de emergencia”, resaltó.
En el marco del simulacro de sismo este 29 de mayo, recomendó a las personas tomar conciencia de su comportamiento y dialogar sobre ello con su familia y amigos, informarse y trabajar para enfrentar sus miedos y/o fortalecer su autocontrol así como delimitar responsabilidades de acción frente a un sismo. Ante un evento adverso lo primero que se bloquea es la respiración; por eso lo primero es mantener una adecuada respiración “Tomar aire por la nariz y expulsarlo por la boca en forma lenta y pausada. Así se entra en calma y se relaja para luego tomar acción de cómo actuar. La tranquilidad se enseña y contagia”, acotó.
NIÑOS Y ANCIANOS LOS MÁS VULNERABLES ANTE UN SISMO
Subrayó que las personas más susceptibles a sufrir consecuencias emocionales ante eventos adversos son los ancianos porque su respuesta psicomotora es más lenta, y los niños porque no saben cómo actuar ante esta situación en razón de que los padres no les dicen lo que verdaderamente está pasando. Los niños reaccionarán imitando a sus cuidadores.
Subrayó que las personas más susceptibles a sufrir consecuencias emocionales ante eventos adversos son los ancianos porque su respuesta psicomotora es más lenta, y los niños porque no saben cómo actuar ante esta situación en razón de que los padres no les dicen lo que verdaderamente está pasando. Los niños reaccionarán imitando a sus cuidadores.
“Los padres deben preparar a sus hijos, tienen que decirles lo que ocurre durante un sismo y recalcarles siempre que ante ello siempre van a encontrar el apoyo. Y si sucede en el colegio, decirles que allí estarán protegidos por sus profesores y practicarán lo que han aprendido”, enfatizó.
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