Los ambientes del Instituto de
Educación y Productividad-Crece no parecen un centro de estudio. Todo lo
contrario, se asemeja a una enorme sala de juegos. Tiene carritos de juguete, trenes con rieles, globos inflados,
rompecabezas, bolas de vidrio, pelotas, etc. Parece el lugar ideal donde los
niños se recrean.
Este cúmulo
de artefactos del entretenimiento son medulares del método que emprendió el instituto
para mejorar la educación en Arequipa. Su directora, Esperanza Medina de
Miranda, lo bautizó como “Estrategia Vivencial, Inteligente y
Sugestópedica” (VINS), una alternativa de enseñanza a partir de las
experiencias.
VINS brotó cuando Medina estuvo
convencida que la educación nacional adolece de políticas que permitan un
aprendizaje integral de los alumnos. Da poco crédito a las mejoras en el sector
que enarbola el Ministerio de Educación (Minedu).
APRENDER
JUGANDO
Si queremos aprender sobre el
equilibrio ecológico, ¿por qué no hacerlo con el uso de una balanza? El reto es
no dejar caer los bloques que se colocan encima del plato plano. “Analizamos en
que se parece este juego con el cuidado del medio ambiente”, anota Medina.
Inflar
globos para soltarlos al aire sirve para aplicar una fórmula que mida el flujo
de fluidos.
Divertirse
con trenes y cronómetros también ayuda a resolver más rápido los famosos
problemas de ¿a qué hora se encontrará un tren con otro? Hasta el twister (juego de habilidad corporal) se puede
trasladar a los colegios para mejorar el inglés de sus alumnos. En lugar de los
colores que forman parte del tablero colocado en el suelo, se les reemplaza por
palabras y frases en este idioma. Gana quien identifique la mayor cantidad de
frases con las extremidades inferiores y superiores.
“Cada parte de un juego
significa algo de determinado tema”, interviene Medina.
Toda esta introducción en
la enseñanza tiene un propósito: liberar al menor de tensiones y ‘abrir’ su
cerebro “reptiliano”, el más básico. La especialista explica que con el
"reptiliano" se encuentran dos cerebros más: el límbico (almacén de
emociones y recuerdos), y el racional (autoreflexivo y hábil para resolver
problemas). Si no se relaja el “reptiliano”, simplemente no se puede acceder al
racional.
“Si el reptiliano capta las sensaciones
negativas del entorno (miedo, amenaza), éste se protege y se cierra todo canal
hacia el cerebro superior”, señala Medina. Con VINS, Crece busca
desechar los ambientes llenos de tensión y autoritarismo de las aulas.
Las vivencias son reforzadas
con las denominadas “lecturas generadoras”, textos de las materias de estudio,
escritas de manera precisa. Para reflexionar sobre los escritos, el método VINS
propone varios diagramas llamativos, como la de un árbol, para descifrar y
colocar las ideas principales (tronco) de una materia y las secundarias
(ramas); o utilizar las formas de las neuronas para relacionar el mundo
científico con la realidad, o vagones de un tren, o formas de embudo, que
impliquen un esfuerzo mayor de meditación.
"La realidad del sistema
educativo es que nos quedamos en la simple transmisión de datos y no pasamos a
más de ello”, precisa Medina.
COYUNTURA
IDEAL
Desde el 2011, Crece formó a
mil profesores para aplicar VINS en las instituciones educativas. Los educadores lo aplicaron en cerca de 30 colegios, llegando a
cerca de 30 mil escolares de la región. Los resultados saltaron a la vista con niños muchos más alegres al
término del año y con una mayor base de lo aprendido. Sin embargo, por la
presión de los directores, los maestros dejaron la estrategia por continuar con
las políticas del Minedu.
Medina se cansó de tocar las
puertas de la Gerencia Regional de Educación de la anterior gestión para que
apuesten por el método. Ahora espera una respuesta del actual gerente Luis
Choque Mamani. “No se necesita un laboratorio de millones de soles para
conseguir una mejor educación”, sentencia.
http://www.larepublica.pe/03-03-2015/vins-la-letra-ya-no-entra-con-sangre-sino-con-juegos
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