Un récord: medio millón de personas caminarán
con el ‘pie de Jaipur’ en 2015
Este modelo de prótesis indio de bajo coste y
sin patentar ya se usa en otros 27 países
Rajveer Ahalawat
dibuja cuatro tajos en el aire al relatar las sendas amputaciones que tuvieron
que hacerle en la pierna. La narración se corta en seco cuando llega al muñón
desnudo. Rajveer, de 42 años, estaba recogiendo trigo cuando una serpiente le
picó en el pie izquierdo, envenenándole hasta la espinilla. Después de un año
de operaciones, se ha desplazado desde el vecino estado de Haryana para recoger
la única prótesis en el mundo que le permite seguir trabajando para dar de
comer a su familia. "No podría volver a labrar el campo sin esta pierna
ortopédica", resume el campesino con aire seráfico mientras dobla el pie
de goma de su nueva prótesis.
El pie de
Jaipur no sólo permite a muchos mutilados ejercer su profesión además
de ejercicios tan comunes como correr, pedalear o patinar gracias a la
elasticidad del material con que se fabrica. Además, su diseño en forma de pie,
no de zapato como la prótesis común en occidente, también hace que se adapte a
las necesidades de las áreas rurales en Asia, donde se trabaja descalzo, y
descalzo se vive.
"Es apto para la
posición de descanso —muchos asiáticos y especialmente indios esperan en
cuclillas—, así como para el uso de retretes locales —sin asiento— o para el
rezo musulmán", explica Ramesh, encargado del centro de la organización Bhagwan Mahavir Viklang Sahayata
Samiti (BMVSS) en Delhi. Esta organización lleva casi 40 años
produciendo y distribuyendo esta y otras prótesis de forma gratuita. Sólo entre
2013 y 2014, el centro de BMVSS de la capital india ha ofrecido servicios a
casi 6.600 tullidos repartiendo más de 2.000 unidades del pie de Jaipur para
lisiados y alrededor de 3.000 calibradores ortopédicos para afectados por la
polio. También en este periodo han llegado a producir 464.000 unidades, lo que
significa que el año que viene habrá medio millón de personas caminando de
nuevo gracias a esta ortopedia
Recientemente, el
primer ministro indio, Narendra Modi, alabó el trabajo que durante los últimos
40 años ha realizado BMVSS, cuyo último reto ha sido instalar un campamento de
ayuda en Srinagar, en la región de Cachemira, para dotar de prótesis a otros
1.300 afectados. Y la organización que dio luz al ‘pie de Jaipur’ continúa su
camino, trabajando desde hace dos
años junto a la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, en
la llamada mano de Jaipur. El invento se encuentra aún en fase de desarrollo,
pero se espera que la nueva prótesis permita a los
pacientes realizar sencillos movimientos de dedos.
Todos ellos entran
inválidos y salen caminando sin haber gastado una rupia. Deelip juguetea con
una sonrisa eterna entre los pliegues del sari de su madre, que sostiene a su
hermano con la mirada ausente. Tiene seis años y parálisis cerebral. "Nos
han referido a este centro desde un hospital de Delhi. Nosotros no podemos
pagar por ningún tratamiento. Su madre no puede trabajar y yo soy vendedora de
té. Estos calibradores hacen que Deelip pueda andar", cuenta su abuela
Shyma.
Los pacientes andan
otra vez mientras que BMVSS corre con los gastos. "Nuestra organización se
financia por ayudas públicas y donaciones de particulares. Damos formación y
ayuda a cualquier otra institución u organización sólo bajo dos condiciones:
que usen el pie de Jaipur y que lo distribuyan gratuitamente", explica V.
R. Mehta, presidente ejecutivo de BMVSS y hermano del fundador de la misma.
Desde su modesto despacho se escucha el ruido procedente de los talleres
anexos. En cinco minutos los técnicos engarzan las partes de goma. Después de
moldear la pieza en un horno a 250 grados, ésta se une a una pierna artificial
hecha a medida del paciente. El uso de polietileno de alta densidad le da mayor
robustez al diseño, haciéndolo más resistente a temperaturas extremas. En algo
más de una hora el pie de Jaipur está listo, con un uso medio de cuatro a cinco
años. Los materiales de bajo coste utilizados hacen que cada unidad no supere
los 39 euros, una cuantía irrisoria si se compara con los miles de euros que
cuesta una prótesis occidental. Es la ejemplificación de la filosofía india del jugaad —innovación
frugal, consistente en desarrollar productos eficientes con lo poco que se
tiene—.
El pie de Jaipur echó a andar al mismo tiempo que D. R. Mehta,
fundador de BMVSS, recuperaba su paso. El funcionario, ahora retirado, sufrió
un aparatoso accidente en 1975 que le trituró el fémur y lo mantuvo cinco meses
postrado en el hospital de Jaipur (capital del estado indio de Rajastán).
"Compartí muchas experiencias con otros pacientes. Me di cuenta de que, si
hubiese perdido la pierna, el Gobierno tendría que haber pagado por mi
tratamiento en Estados Unidos o Inglaterra. Pero los pobres no tenían dónde ir
para volver a caminar", recuerda Mehta.
Por aquel entonces el
pie de Jaipur aún andaba con dificultades. Hacía siete años que había sido
creado por Ramchandra Sharma y un grupo médico. El experto artesano
de la unidad de rehabilitación del hospital de Jaipur ya había diseñado un
modelo diferente a la pesada prótesis que se distribuía en departamento de
ortopedia, pero sólo 50 pacientes se habían beneficiado hasta entonces. Fue D.
R. Mehta y la creación de una organización destinada a la fabricación y
distribución gratuita de la nueva prótesis lo que permitió que el pie de Jaipur
diese el paso definitivo.
Las intermitentes
ayudas del Gobierno del Estado de Rajastán de los años 80 se transformaron en
la actual subvención nacional de un 35% por parte del Ministerio de Justicia
Social y Empoderamiento de India. La organización BMVSS pasó a tener centros en
24 ciudades de India, además de disponer de 52 clínicas en zonas rurales de
difícil acceso para los servicios médicos. Y el pie de Jaipur se ha convertido
en un modelo de cooperación entre países del sur, con campamentos para su
distribución en otros 27 países en desarrollo de Asia, África y Latinoamérica.
En Camboya, el país con más mutilados a causa de la guerra, se fabrica con
caucho de ruedas viejas. Mientras que en Afganistán se usan los cartuchos
gastados de artillería, consiguiendocasi más impacto directo en las vidas de los afganos que muchas de las
intervenciones humanitarias de las últimas dos décadas. La
revistaTime describió el pie de Jaipur en 1997 como un invento que
ha "revolucionado la vida de millones de amputados por minas
anti-persona".
Paso a paso, la
organización BMVSS ha conseguido ofrecer servicios de ortopedia a alrededor de
60.000 lisiados en todo el mundo cada año. Los 1,4 millones de personas que ha
rehabilitado desde que comenzara su andadura hacen que potencialmente sea la
organización más grande del mundo trabajando con discapacitados. Pero su
ideario se mantiene en pie. "No patentaremos el invento porque nuestro
mandato es el de ayudar al mayor número de personas en el mundo, de forma
directa o a través de otras organizaciones. El pie de Jaipur no es una
propuesta comercial", sostiene su fundador, D. R. Mehta.
Durante estos años, el pie de Jaipur ha caminado junto al
desarrollo científico. Organizaciones tecnológicas de reconocido prestigio
internacional como Stanford University, MIT o la Organización India para la
Investigación Tecnológica (ISRO) han colaborado en proyectos para la mejora del
invento. En 2009, Time seleccionó la articulación
artificial creada por el equipo de investigadores de la Stanford University y
Jaipur como uno de los 50 mejores inventos de ese año.
El carácter voluntario
de las colaboraciones con entidades tecnológicas y la necesidad de financiación
han hecho que algún miembro de BMVSS cuestione la sostenibilidad de este modelogratuito y plantee
cobrar a los beneficiarios que puedan pagar. "Creemos que si hubiese
distinción económica entre pacientes, aquellos que pagasen esperarían un
servicio especial o más rápido. Además el 90% de ellos son extremadamente
pobres y del 10% restante ya recibimos algunas donaciones porque consideran que
les ofrecemos un buen servicio", explica V. R. Mehta. El director ejecutivo
de la empresa no tiene dudas en cuanto a la sostenibilidad de la organización:
"Hemos tratado a 1,4 millones de pacientes, con lo que somos efectivos.
Desde 1975, muchas consultorías de gestión nos han recomendado cobrar por
nuestros servicios, ¿pero cuántas de ellas han sobrevivido en estos 40 años,
aun cobrando por los suyos?".
El pie de Jaipur
tropieza, sin embargo, con las leyes del mercado internacional. Ser un invento
no patentado ha favorecido su universalización al tiempo que la expansión
transfronteriza del servicio de BMVSS lo ha puesto a beneficio de los más
necesitados. Sin embargo, el mal llamado "pie de los pobres" puede
haber creado la asociación de que el invento es de baja calidad al estar
fabricado con materiales de bajo coste.
En 1998, V. R. Mehta
fue llamado a Estados Unidos para promocionar la prótesis. El Gobierno de
Clinton había creado la Iniciativa de
Desminado 2010 —pese a no firmar el Tratado de
Ottawa para prohibir el uso de minas anti-persona—. La acogida
del invento fue buena pero nunca se tomaron medidas para implantarlo para uso
humanitario pese a su bajo coste. "Creo que no se aceptó porque no puede
competir en un mercado con prótesis de empresas que cuestan 200 veces más. Sin
beneficio, el ‘pie de Jaipur’ no es rentable", explica V. R. Mehta.
Posteriores intentos de cooperación con Cruz Roja o la agencia estadounidense
para la ayuda internacional (USAID) han fracasado por consideraciones relativas
a la calidad de un invento revisado por los mejores centros tecnológicos del
mundo.
El pie de Jaipur lleva
caminando ya casi 40 años. Se espera el paso al frente de gobiernos, organismos
internacionales y organizaciones humanitarias para contribuir a que el mundo
ande gratis. Para que haya pies para todos.
http://elpais.com/elpais/2014/09/24/planeta_futuro/1411577427_405732.html
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