AGILIDAD Y PRODUCTIVIDAD DEL ESTADO PERUANO: ADAPTÁNDOSE A LA INNOVACIÓN

A pesar de que el recientemente publicado reporte de Doing Business muestra una mejora relativa en la competitividad del Perú frente a nuestros referentes regionales, el fantasma de la burocracia como traba para el desarrollo nacional se mantiene presente en la sociedad; viéndose reflejada la preocupación y foco en los medios sobre este tema en los últimos días. Y es que somos conscientes de la necesidad urgente de mejorar y hacer más eficiente a la administración pública para hacer sostenido nuestro crecimiento y desarrollo productivo.
Para quienes estamos constantemente interactuando con los avances tecnológicos este tema nos parece más relevante aún. La magnitud de la innovación tecnológica en los últimos años, significativa como ésta ha sido, se verá pequeña en comparación con los cambios sociales fomentados por la tecnología que veremos en el siguiente quinquenio. La revolución tecnológica y social que vivirán las empresas y consumidores entre ahora y el 2021 sólo podrá ser aprovechada por el país si es que la eficiencia y productividad de la gestión pública se acelera proporcionalmente, aprovechando para esto las innovaciones existentes hoy día.
Un buen ejemplo del tipo de innovaciones que no se deben dejar pasar es el escenario tan conversado de los procesos electrónicos, a veces denominado “Cero Papel”. No es nueva la visión de un trámite interno completamente digitalizado, para el cual es irrelevante la distancia entre los participantes, y que se ve significativamente acelerado gracias a la habilidad de poder ver en tiempo real el avance del proceso y poder discernir los cuellos de botella. Es más, este escenario se está volviendo cada vez más común en el sector privado. En el sector público, sin embargo, los procesos electrónicos a veces se entorpecen por la necesidad (justificada muchas veces) de que la documentación e información legal del proceso se vea refrendada en papel para mantener su transparencia y validez legal.
Hace bastantes años que el Estado Peruano, consciente de estos retos, ha propuesto y fomentado mecanismos para agilizar sus procesos internos mediante tecnología. Un ejemplo de esto es la Ley 27269 de Firmas y Certificados Digitales, promulgada hace más de una década. Dicha ley permite que los documentos electrónicos tratados de formas específicas tengan validez legal sin necesidad de estar impresos, físicamente firmados o, como tradicionalmente esperamos, sellados. Las Firmas Digitales prometen ser una forma efectiva de agilizar procesos del Estado, desde los más fundamentales hasta los más triviales, liberando tiempo del empleado público y aumentando la eficiencia y exactitud de la institución.
Si tecnologías como las Firmas Digitales (entre otras) pueden ser tan eficientes e impactantes para modernizar y agilizar al Estado, ¿qué falta para que éstas sean más utilizadas?
• En primer lugar, es importante que los líderes del Estado y de sus instituciones perciban la importancia de estas innovaciones, y fomenten su implantación así como el gran cambio cultural que su uso significará dentro de la institución.
• En segundo lugar, estos líderes deben ayudar a sus instituciones a enfrentar la desconfianza en la seguridad de tecnologías revolucionarias como ésta. Al empleado público le preocupa que el uso de mecanismos digitales le traiga problemas si es que su identidad es falsificada o suplantada por medios tecnológicos. Mitigar esta preocupación implica tomar en serio la necesidad de aumentar los niveles de seguridad en términos de procesos y protección de la información de las instituciones.
El adoptar estas innovaciones no sólo es posible y realista; también es necesario para llegar al siguiente nivel de desarrollo, productividad y competitividad que necesitamos para tener los cimientos adecuados para destacar como país en los años venideros.

http://semanaeconomica.com/tecnologiaentuempresa/2014/11/06/agilidad-y-productividad-del-estado-peruano-adaptandose-a-la-innovacion/

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