Hoy en día, cuando alguien te cuenta una cosa que no conoces o
te hablan de una ciudad, lo primero que haces es ‘googlear’ esa palabra. Y eso lo primero que hice cuando, en CODESPA, llegó a mis
manos un documento que hablaba de Walikale.
Nada más escribirlo en Google, los primeros resultados hablaban
de tecnologías o proyectos solidarios y tuve que llegar a la tercera entrada
del buscador para encontrar la entrada de Wikipedia. Es
un territorio situado en la provincia de Kivu del Norte, en R.D. del Congo; a
unos 135km de Goma, donde
desarrollamos proyectos. Cuando comienzas a leer, miles de imágenes de las
noticias y películas llegan a tu cabeza, una zona que fue controlada por los
llamados ‘señores de la guerra’, en un conflicto
armado continuo por la casiterita, un mineral que se transforma en estaño.
De aquí, de
Walikale, es Luis (nombre falso porque queremos respetar su anonimato) de solo
16 años. Cuando comienzan a
contarte lo que ha vivido, sientes que ya has escuchado su historia,
telediarios o periódicos la han contado con anterioridad, y tu estómago se
estremece.
Cuando
una historia de R.D. del Congo te encoje el estómago
Sus padres eran agricultores, la principal forma de vida de la
mayoría de las familias de la zona. Sus ojos
llorosos cuentan como un día al volver de la escuela todo cambió. Vieron como su aldea había sido
asaltada y a pesar de que sabían que debían huir, decidieron acercarse a sus
casas a buscar sus familias.
El grupo armado que
atacaba la aldea mató a algunos de sus amigos, y otros amigos suyos y él fueron
secuestrados, reclutados forzosamente y llevados a los campamentos. Al llegar a su campo, les pusieron a trabajar en las cocinas y
en labores de limpieza, pero en poco tiempo fue forzado a ir al combate.
En ese momento el
corazón se te detiene, te das cuenta que nunca podrás comprender esa realidad y
por dentro te crecen sentimientos de repugna y de ganas de justicia. Y sigue
relatándote cómo le obligaban a ir al campo de combate, en diferentes
ocasiones.
Al volver a Walikale
se enteró que sus padres seguían con vida y con la ilusión de un niño decidió
volver a visitarles. Sin embargo, a la
semana de nuevo fue obligado a volver a un mundo que ningún niño debería
conocer.
Semanas después, un
acontecimiento truncó, una vez más, su vida. Varios jóvenes y él mismo se vieron implicados en una trifulca,
que provocó que uno de ellos muriera. Rápidamente, conociendo las consecuencias
de lo que acababa de pasar, viajó a Goma, donde conoció a Children’s Voice, una
ONG con la que trabajamos en R.D. Congo.
Junto a Children’s Voice ayudamos a numerosos niños y jóvenes en
Goma, en situaciones similares a Luis. Muchos jóvenes
solo han conocido la violencia, la calle o grupos armados les han excluido de
la sociedad y en la cárcel su situación empeora. Nuestro objetivo es ayudarles: darles un apoyo psicológico
para que puedan recuperar su autoestima y dejar atrás su pasado, con el objetivo de ayudarles a superar
los traumas que la violencia puede dejar en cualquiera. Además, se organizan talleres de aprendizaje, creativos y
recreativos que les permiten aprender aspectos básicos de la vida y volver a
vivir momentos de diversión.
Al mismo tiempo, a través de
cursos de formación profesional, se les prepara para que puedan aprender un
oficio; que les
permita tener un trabajo y una vida digna dejando atrás la violencia y la
pobreza.
“Yo no hubiera sabido nunca cortar de forma profesional el pelo
sin ellos, sin sus consejos; ahora lo puedo hacer y espero que pueda ayudarme
en mi futuro a mantenerme lejos de las armas.”
Sabemos que no
podemos cambiar su pasado, que será imposible que lo olvide, pero trabajamos
para que tengan un futuro con esperanza, donde ellos sean los cambios de su propia comunidad.
Tú también puedes ayudarles darles un futuro lleno de esperanza. Dona y conviértete en la oportunidad que necesitan.
http://www.codespa.org/blog/2016/09/16/no-podemos-cambiar-su-pasado-pero-si-su-futuro/
Comentarios
Publicar un comentario