El reciente fenómeno de El Niño
costero, tal como lo llama el órgano competente encargado de la evaluación
climatológica (Senahmi) ha provocado una serie de daños en la infraestructura y
viviendas de la población. Probablemente habrá que revisar las proyecciones de
crecimiento económico para este año.
El balance hasta el 20
de marzo muestra más de 100,000 damnificados, 157,000 viviendas dañadas, 159
puentes colgantes colapsados y 1,900 kilómetros de carreteras destruidas. En el
caso de Lima, el mayor número de afectados se concentra en el distrito de
Lurigancho (4,058), seguido de Chaclacayo (720), San Juan de Lurigancho
(45) y Punta Hermosa (45).
Ante ello tenemos
cierto margen de maniobrabilidad fiscal para tratar de realizar la
reconstrucción de los daños producidos por el fenómeno climático. En el período del boom de commodities metálicos tuvimos superávit fiscal y
eso nos ha permitido mantener una sostenibilidad en las cuentas fiscales y un
ahorro fiscal para la prevención en caso de desastres naturales.
Según la Ley de Prudencia y Transparencia
Fiscal, el superávit de las cuentas
fiscales pasa a un Fondo de Estabilización Fiscal (FEF) que al momento mantiene
US$ 9,000 millones, que representa casi el 5% del PBI peruano que se puede
utilizar en caso el escenario se torne demasiado pesimista y que pueda implicar
un fuerte desembolso por ayuda a los damnificados.
El escenario de usar
todo el FEF es improbable pero de alguna manera estamos blindados frente a
cualquier contingencia. Nuestra vulnerabilidad se ha reducido
significativamente ya que estamos ordenados en las cuentas fiscales con la Ley
de Prudencia y el Marco Macroeconómico Multianual que hace previsiones de las
variables económico-financieras.
Diferencias con el pasado
En otros períodos no
tuvimos el blindaje necesario y las políticas gubernamentales no eran del todo
adecuadas, lo que nos condujo a la recesión económica. En 1983, el fenómeno de
El Niño hizo que nuestra economía se contrajera en 10% y en 1998 la economía
cayó en casi un punto porcentual. A estas últimas experiencias había que
agregar problemas como la falta de caja fiscal, las malas políticas económicas
(en especial en 1983) junto a problemas externos como la crisis de energía y de
deuda para 1983, así como las crisis rusa y asiática en 1998.
Claro que no nos cae
muy bien la noticia ya que el gobierno está tratando de lidiar con ruidos
políticos de corrupción y coordinaciones con el Congreso que no nos permiten
llegar a la meta de previsión de crecimiento. Es probable que las cifras de
crecimiento se tengan que revisar nuevamente para los siguientes meses del año.
¿En qué
magnitud cree usted que afectará el fenómeno del Niño costero a las
proyecciones económicas de crecimiento? http://www.esan.edu.pe/conexion/actualidad/2017/03/22/nino-costero-impacto-economia-peruana/
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