Chile destaca como país
exportador de frutas frescas de contra estación, siendo el primer exportador a
nivel mundial de uva de mesa, según cifras entregadas por la Oficina de
Estudios y Técnicas Agrarias (ODEPA). Sin embargo, países del hemisferio sur
como Perú, Brasil y Sudáfrica han aumentado la oferta de uva para el mercado
internacional, lo que sumado a las dificultades para el manejo que representa
el cambio climático, obliga a que Chile aumente su competitividad de forma
importante para mantener el liderazgo. En ese sentido, uno de los mayores
desafíos de la industria de la uva de mesa es abrir nuevas áreas productivas o
fortalecer la posición hacia zonas de mayor seguridad hídrica, que permitan
asegurar una producción adecuada a las demandas de mercados internacionales.
Por esa razón, el
Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en conjunto con la empresa
Subsole, está llevando a cabo el proyecto “Aumento de la productividad, calidad
y eficiencia del uso del agua en uva de mesa mediante la implementación de
cubiertas plásticas y la ampliación de la frontera geográfica de la producción
de uva hacia la VII región de Chile”, el cual es co financiado por
CORFO, a través de la Ley de Incentivo Tributario para La Inversión Privada
en Investigación y Desarrollo ( Ley 20.241), y Subsole. Si esta nueva
tecnología logra buenos resultados, se podría ampliar la frontera de
producción hacia zonas más al sur, como Maule y Bío Bío lo que sin duda
daría nuevas y grandes posibilidades a la industria nacional, considerando que
en esas zonas existe mayor disponibilidad de recursos hídricos.
El proyecto está en
ejecución desde el año 2015 y los principales ensayos están en la zona de San
Vicente de Tagua Tagua, en la región de O’Higgins, donde Subsole tiene
plantados más de 100 hectáreas de parronales con cubierta plástica. Por parte
de INIA, la investigación está a cargo de la Investigadora en Fisiología de
Frutales de INIA La Platina, Carolina Salazar, y un equipo de profesionales en
distintas disciplinas, tales como riego (Gabriel Sellés) y poscosecha (Bruno
Defilippi y Sebastián Rivera). Por parte de la Exportadora Subsole, participan
el Gerente Técnico de uvas, Gabriel Marfán, Master en fisiología frutal, y la
Agrónoma Valeria García, encargada de I+D de la empresa. Los investigadores
viajan constantemente a San Vicente a prospectar las parras y ver los avances
de la investigación, comparando las especies que están bajo plástico en
relación a las que están a cielo abierto. El resultado final debiera concluir
en paquetes tecnológicos apropiados para determinar los manejos agronómicos y
evaluar el desarrollo de los parrones en estas condiciones.
El Coordinador del
Programa Nacional de Hortofruticultura, Gabriel Sellés, profundiza en los
principales focos de acción del proyecto. “El proyecto desarrolla tres líneas
de investigación principales, en dos variedades de uva de mesa: Thompson
seedlees y Timco. La primera línea se enfoca en determinar los cambios en las
condiciones microclimáticas que produce el uso de cubiertas plásticas en
relación a parrones que permanecen al aire libre. Hasta el momento hemos
observado que se produce un ligero aumento de las temperaturas y la humedad
relativa bajo el plástico, sobre todo en primavera.
Este fenómeno, ha provocado que bajo las cubiertas plásticas los episodios de heladas primaverales sean menos severos. La segunda línea de investigación del proyecto analiza como las variaciones microclimáticas influyen sobre el crecimiento y fisiología del cultivo, destacando los efectos en los estados fenológicos.
Respecto a esto, se ha observado que en estadios fenológicos tempranos se observa un marcado adelanto en el crecimiento de la vid. Del mismo modo, estas variaciones microclimáticas pueden influir en la fisiología, calidad y postcosecha de la vid, aspectos considerados dentro del proyecto.
Por último, la tercera línea tiene que ver con el riego, ya que bajo cubiertas plásticas podría existir una reducción de entre un 15 a un 20% de las cantidades de agua a aplicar por temporada. Sin embargo, los fenómenos de adelantamiento del crecimiento e incremento del follaje, puede que produzcan un desfase en los consumos de agua. El objetivo de esta línea es determinar si efectivamente esa economía se produce o si empieza a generarse un consumo más anticipado de agua bajo cubierta, pero más bajo”, agrega el investigador INIA.
Este fenómeno, ha provocado que bajo las cubiertas plásticas los episodios de heladas primaverales sean menos severos. La segunda línea de investigación del proyecto analiza como las variaciones microclimáticas influyen sobre el crecimiento y fisiología del cultivo, destacando los efectos en los estados fenológicos.
Respecto a esto, se ha observado que en estadios fenológicos tempranos se observa un marcado adelanto en el crecimiento de la vid. Del mismo modo, estas variaciones microclimáticas pueden influir en la fisiología, calidad y postcosecha de la vid, aspectos considerados dentro del proyecto.
Por último, la tercera línea tiene que ver con el riego, ya que bajo cubiertas plásticas podría existir una reducción de entre un 15 a un 20% de las cantidades de agua a aplicar por temporada. Sin embargo, los fenómenos de adelantamiento del crecimiento e incremento del follaje, puede que produzcan un desfase en los consumos de agua. El objetivo de esta línea es determinar si efectivamente esa economía se produce o si empieza a generarse un consumo más anticipado de agua bajo cubierta, pero más bajo”, agrega el investigador INIA.
En tanto, Gabriel
Marfán, Gerente Técnico y Desarrollo de Exportadora Subsole, tiene buenas
expectativas frente a los resultados que podría entregar este proyecto. “Como
empresa nos hemos embarcado en un proyecto a largo plazo de cubrir los
parronales de uva de mesa con el objetivo de evitar pérdidas por lluvias,
heladas, lograr mejoras en calidad y aumentar la eficiencia del uso del agua.
Hasta la fecha hemos desarrollado muchas experiencias con evaluaciones
comerciales positivas, pero creemos que INIA nos puede ayudar a cuantificar de
forma científica, las mejoras y eficiencias que se logran con esta tecnología.
Hasta la fecha los resultados son bastante promisorios y coinciden con las
observaciones a nivel comercial. La protección frente a lluvias se traduce en
frutas bastante más resistentes en poscosecha. Existe un aumento de la calidad
en variedades como Thompson S. y el uso del agua también se ha reducido de
forma importante”, comenta el Gerente Técnico y Desarrollo en Exportadora
Subsole.
Asimismo, Gabriel Sellés
indica que los resultados preliminares indican un buen camino hacia el uso de
esta técnica en el futuro. “Nosotros pensamos que efectivamente el uso de
cubierta tiene un gran potencial que permitiría aumentar la superficie
cultivada de uva de mesa hacia el sur, pensando en que las grandes limitantes
que tienen las regiones de Maule y Bío Bío no son tanto las temperaturas en los
meses de verano, sino las temperaturas de fines de invierno y primavera, además
de la existencia de lluvia en primavera y verano”, afirma el Coordinador del
Programa Nacional de Hortofruticultura de INIA.
La tecnología del uso de
cubiertas plásticas permite la modificación del microclima, cambiando la
intensidad de la radiación solar, la temperatura, la humedad relativa y
el viento. Se ha visto que estas modificaciones son capaces de adelantar o
atrasar la cosecha de forma importante con lo que se podría ampliar la ventana de
cosecha en una misma zona productiva donde la disponibilidad de agua no es
limitante. Esta técnica también podría proteger la fruta del daño producido por
lluvias, heladas y los efectos detrimentales del viento y el exceso de
radiación sobre el desarrollo de las plantas.
Como antecedente previo,
países como Italia y España han trabajado con parrones bajo plástico, mientras
que en Chile no hay experiencia de trabajos científicos en cubiertas plásticas
en uvas. En el caso de otros cultivos hay experimentos realizados por INIA en
paltos bajo plástico en la región de Valparaíso y también en la Araucanía,
donde se estableció una viña experimental con variedades de menor requerimiento
de frío. Con esto, el objetivo final de la institución es desarrollar una línea
de trabajo de fruticultura protegida a nivel nacional, que incluyan variedades
incluso de la zona austral como el cerezo y el calafate.
Fuente: INIA
http://www.freshplaza.es/article/105154/Chile-Cubiertas-pl%C3%A1sticas-para-aumentar-el-cultivo-de-uva-hacia-el-sur
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