Un grupo de estudiantes mexicanos
elabora un chocolate y una pasta a base de larvas para aumentar el contenido
proteico
Un grupo de estudiantes
del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México ha desarrollado una idea
para mejorar la alimentación de los niños de su país: un chocolate y una pasta enriquecidos con insectos con el fin de elevar su contenido proteínico y combatir la
desnutrición infantil y la obesidad, dos males que aún hoy afectan de un modo
significativo a los menores del país. La desnutrición crónica, más común en las
regiones del sur, y la obesidad, en el norte.
La desnutrición crónica
es sufrida por el 7.25% de los niños entre los cinco y 14 años en las
poblaciones urbanas, pero la cifra se duplica en las rurales. El riesgo de que
un niño o niña indígena se muera por diarrea, desnutrición o anemia es tres
veces mayor que entre la población no indígena,según
la agencia de la ONU para la infancia, Unicef. Esta organización también alerta de que
la obesidad infantil ha ido creciendo de forma alarmante en los últimos años.
Actualmente, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el
segundo en obesidad en adultos, precedido sólo por los Estados Unidos: uno de
cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad.
Para los escolares, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad es del 26%
para ambos sexos, lo cual representa más de 4,1 millones de escolares
conviviendo con este problema.
En el primer caso, la
creación de la golosina tiene como objetivo prevenir la obesidad infantil y
para ello el chocolate, semiamargo, contiene proteínas y antioxidantes gracias
al relleno, elaborado a base de chapulines (Sphenarium purpurascens) y jalea de
arándanos.
Por su parte, la pasta,
de bajo coste, busca combatir la desnutrición en comunidades de extrema pobreza
en México. Su base es la tradicional a base de harina de trigo, pero esta ha
sido reforzada con larvas del insecto coleópterotenebrio
molitor,
conocido como gusano de la harina.
"Intentamos que el chocolate
no tenga alto contenido calórico, pues aunque contiene cierta cantidad de
lípidos, es muy rico en proteínas, minerales y antioxidantes", han
expuesto las creadoras, que son estudiantes de Ingeniería Bioquímica de la
Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB). Paola Bacas, Mariana Ruiz,
Angélica Sánchez, Verónica López y Susana Trinidad recordaron que el producto
está enfocado al público infantil, un sector que en este país "presenta
deficiencia de nutrientes".
Las alumnas han
recordado que en México los chapulines, de la misma familia que los grillos o
lo saltamontes, se consumen desde la época prehispánica. De hecho, la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que los insectos forman parte de la dieta
tradicional de cerca de dos mil millones de personas en todo el mundo. Estos
generalmente se combinan con productos salados, por lo que su incorporación a
una golosina es innovador. Fueron elegidos "debido a que el insecto
contiene 70% de proteínas análogas de alta calidad similar a las de carne de
res y huevo", que ayudan a la constitución y reparación de tejidos y
músculos y a mejorar la consistencia de la sangre. Para que su textura sea agradable
al paladar, muelen el chapulín deshidratado, forman una pasta blanda y la
agregan al relleno.
No es la primera vez que
se recurre a insectos para mejorar la calidad de la alimentación de la
población. Ya en 2013, un
extenso informe de la Organización de
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostenía que comer
insectos puede ser una posible solución al hambre en el mundo, pues muchas
especies tienen tantas proteínas como la carne y su producción es barata.
El producto fue
elaborado y cumple con los estándares y normas oficiales de calidad, fue
sometido a pruebas microbiológicas, no tiene conservadores y tiene una vida en
anaquel de un mes aproximadamente.
Por otra parte, la pasta
se diseñó como una alternativa de alimentación sobre todo en zonas marginadas
de México en las que muy pocas veces se consumen proteínas a fin de
complementar la dieta diaria. El equipo de estudiantes que ha creado este
producto, que también buscará constituir una microempesa, está compuesto por
Mariela Aguilar, Cinthia Cerezo, Kenya Contreras, Sharon Martínez, Diana
Alvarado, Berenice Valenzuela y Fernando Cortés.
Los estudiantes de
Ingeniería Bioquímica han explicado que las pastas convencionales sólo aportan
carbohidratos, por lo que cuidaron que su producto fuera más balanceado,
"con una aporte significativo de proteína, doble de fibra además de que
las larvas de tenebrio también aportan minerales como el fósforo y calcio".
Los investigadores
consideraron que el cultivo de las larvas es "relativamente sencillo"
ya que se obtiene la primera generación y luego se cultivan los insectos, que
se alimentan con cereales, lechuga y frutas para hidratarse. http://elpais.com/elpais/2016/07/25/planeta_futuro/1469448290_543606.html
Comentarios
Publicar un comentario