Más frescas, jugosas y,
sobre todo, mucho más nutritivas. Dos investigadoras de la Universidad Central
de Venezuela (UCV) lograron crear superfrutas tras aplicarle una sustancia
fortificada con calcio y vitamina D.
La magíster Florángel
Vásquez y la doctora en Ciencia y Tecnología de Alimentos Rosa
Raybaudi-Massilia son las creadoras de la sustancia que permite fortificar
frutas como el cambur, la guayaba y la lechosa, con las que trabajaron inicialmente
para llevar a cabo su investigación.
Una solución hecha a
base de alginato de sodio (algas), que puede ser utilizada para la
complementación de alimentos con otros tipos de nutrientes como vitaminas y
minerales, y que favorece y mejora la calidad, la inocuidad, y el valor
nutricional de las frutas.
"En esa solución se
pueden agregar agentes antioxidantes, antimicrobianos, vitaminas, minerales y
cultivos probióticos que son beneficiosos para la salud", explicó la
profesora Raybaudi-Massilia, quien agregó que incluso se mejoran las
características físicas, sensoriales, químicas y hasta microbiológicas de los
productos.
Según la investigadora,
el estudio, publicado recientemente por la revista Journal of
Scientific Research and Reports, fue pensado para beneficiar a las personas
que tienen deficiencia de calcio, así como a los pacientes con historial de
alergia a la leche o intolerancia a la lactosa.
El procedimiento
El trozo de la fruta se
sumerge primero en dos soluciones, detalló la investigadora. La primera
contiene vitamina D3, alginato de sodio y glicerol, que es una especie de
"plastificante" que envuelve o recubre la fruta. Y la segunda sólo
contiene el calcio.
La mezcla de estas
soluciones es la que forma un material fuerte, comestible, que se adhiere a la
fruta. "Es una especie de gelatina transparente que le da brillo y que la
hace ver mucho más agradable y apetitosa", agregó Raybaudi-Massilia, quien
recordó que, una vez que son picadas, las frutas pasan por un proceso natural
de descomposición. Sólo que con esta sustancia pueden llegar a durar guardada
en envases de plástico por un lapso de hasta quince días sin sufrir ningún tipo
de daño.
Prueba sensoriales
Las pruebas de la
investigación se realizaron en niños en edad escolar a los cuales se les dio a
probar frutas recubiertas y sin recubrir con la sustancia. Y todos prefirieron
las que estaban recubiertas.
"Pero lo
interesante de este trabajo es que no sólo es aplicable para niños, sino
también para personas mayores que necesitan calcio o algún otro
componente", sentenció Raybaudi-Massilia.
El trozo de fruta
suministrado a los niños aportó entre el 32 y el 50% del requerimiento diario
de calcio que es recomendado por el Instituto Nacional de Nutrición. Mientras
que el requerimiento diario de la vitamina D fue del 83,2%. Pero la Fundación
Bengoa difiere de esta última cifra y argumenta que el aporte fue de entre el
27,73 y el 41%.
La profesora Raybaudi-Massilia
aclara, eso sí, que los alimentos complementados sólo deben ser consumidos por
quienes tengan deficiencia de los nutrientes, ya que todo en exceso, sostiene
ella, puede ser dañino.
Este trabajo también
contó con el apoyo de los profesores Ana María Reyes de la Escuela de Nutrición
y Dietética de la UCV, y de María Soledad Tapia, del Instituto de Ciencia de
los Alimentos, así como la doctora Graciela Troncone del Centro Tecnológico
Polar.
Fuente: eluniversal.com
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