La
comida rápida es una de las grandes lacras de la alimentación en nuestra
sociedad y, por este motivo, activistas como Michael Pollan luchan para que
descubramos la verdad detrás de cada alimento prefabricado, en este caso, las
sabrosas patatas fritas de McDonalds.
En el vídeo que hoy
os traigo, Michael Pollan da una conferencia de nutrición y habla de estas
chips que todos consumimos junto a nuestro calórico McMenú. La variedad que se
cultiva para McDonalds en América es la Russet Burbank Potatoe que es muy
barata y crece fácilmente. El
problema es que este tipo de patata sufre de Net Necrosis, que son esas
manchitas negras que, en ocasiones, presentan los tubérculos.
Como
McDonalds no comprará ninguna patata que no sea estéticamente atractiva y larga
(para que encaje bien en sus sobrecitos rojos) los quelas cultivan las
rocían con sprays y un pesticida llamado “methamidophos”.
Este pesticida tiene una toxicidad tan
potente que los agricultores no pueden acercarse a ese campo de patatas hasta
pasados 5 días. Una vez recogidas las patatas, se tienen que dejar,
atención, 6 meses para
que expulsen todo ese gas tóxico que les habían añadido. ¡Es muy fuerte!
Me
pregunto como estas prácticas pueden ser legales pero, de momento, ¡no pruebo
una patata frita de McDonalds nunca más! Aquí os dejo la explicación original
de Michael Pollan:
https://es-us.vida-estilo.yahoo.com/post/139912971283/patatas-fritas-de-mcdonalds-no-volver%C3%A1s-a
Comentarios
Publicar un comentario