El salto comercial China-América
Latina es bien conocido: el comercio bilateral pasó de US$12.600 millones en
2000 a US$263.000 millones en 2014.
Con el nuevo siglo, la triangulación de los lazos económicos
entre China, España y América Latina ha comenzado a cobrar impulso y algunas
empresas de sectores estratégicos como la energía y las comunicaciones han
explorado ya esta posibilidad.
Así lo señaló en una entrevista con Xinhua el director del
Observatorio de Política China en España, Xulio Ríos, que precisó, no obstante,
que el grueso del tejido empresarial, integrado en su mayoría por pymes
(pequeñas y medianas empresas), ha tenido dificultades para interiorizar las
bondades del concepto.
Momento de
inflexión. El salto comercial China-América Latina es bien conocido: el
comercio bilateral pasó de US$12.600 millones en 2000 a US$263.000 millones en
2014 y el Foro entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC) y China le ofrece una cobertura de alcance, subrayó.
A su juicio, "nos hallamos ahora ante un momento de
inflexión de esta realidad pues la transformación estructural de la economía
china está teniendo impactos en la región latinoamericana".
La desaceleración, explicó, está provocando una aparente
desestabilización del marco establecido aunque, en realidad, lo que está
ocurriendo es una reformulación de la relación, que tiene, por parte china, una
estrategia clara conocida como "1+3+6" y centrada en la colaboración
en comercio, inversión y finanzas.
Para Ríos, la clave de la inflexión reside en que la transformación
del modelo productivo chino debe acompañarse de un replanteamiento de la
relación con la región latinoamericana y caribeña que puede abrir una segunda
oportunidad para la triangulación con España.
Transformación
del escenario político. En otro ámbito, continuó, China siempre ha apostado por el
pragmatismo y no por la ideología a la hora de fomentar las relaciones e
intercambios con la región, si bien es cierto que esos lazos se intensificaron
con los gobiernos de izquierda o centroizquierda en auge en la zona.
Ahora bien, precisó Ríos, ese panorama pudiera estar llegando a
su ocaso, como señalan los resultados electorales en Argentina o Venezuela.
Ecuador, Brasil o Bolivia pueden ofrecer, a lo largo de 2016, nuevos síntomas
de cambio del péndulo político.
A priori, anotó, la estabilidad futura parece acompañar en mayor
medida las relaciones de China con los gobiernos conservadores o de
centroderecha, mientras que en los de izquierda, la estabilidad puede verse
afectada por la alternancia.
Esto es debido, en parte, a la crispación que acompaña la acción
política de ciertos gobiernos y oposiciones en la región, que tienden a
presentar las relaciones con China como una opción ideológica y geopolítica.
A pesar de que Beijing intenta quitar hierro a este punto de
vista, la gestión de la alternancia puede ser complicada en más de un caso,
vaticinó.
España, un
posible puente. En este escenario, comentó, España, como tercer país, puede
recuperar posiciones desarrollando una diplomacia inclusiva, respetuosa con las
dinámicas internas de cada país y dinamizando proyectos que tengan en cuenta
las prioridades que todas las partes coinciden en primar, es decir, la
infraestructura, el conocimiento, la innovación y la integración regional.
Estas son las nuevas palancas para generar valor añadido y
transformar el signo principal de una relación asociada a un tiempo que tocó
techo, apuntó el experto.
La suma de exigencias económicas para seguir avanzando en una
relación atractiva para todas las partes y la progresiva habilitación de nuevas
coordenadas políticas establece un nuevo marco.
En él, concluyó, España tiene una segunda oportunidad como socio
y como puente para favorecer la interacción de los gobiernos y de las empresas.
autor
Xinhua
http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/comercio/cual-es-la-relacion-comercial-entre-espana-china-y-america-latina
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