LOS TRABAJADORES DE EMPRESAS ECOLÓGICAS SON UN 16 POR CIENTO MÁS PRODUCTIVOS


La aplicación de estándares y prácticas verdes en las compañías genera un "círculo virtuoso" que aumenta el rendimiento, revela un estudio


Los empleados de compañías que voluntariamente han adoptado prácticas y estándares ecológicos internacionales son un 16% más productivos que la media, revela un estudio realizado por especialistas de la Universidad de California en Los Ángeles, en Estados Unidos. La razón para esta diferencia: este tipo de medidas promueven el compromiso de los empleados y su salud, así como la cooperación entre los trabajadores. El resultado es un aumento de la producción en los centros de trabajo. Por Marta Lorenzo.

Los empleados de compañías que voluntariamente han adoptado prácticas y estándares ecológicos internacionales son un 16% más productivos que la media, revela un estudio realizado por especialistas de la Universidad de California en Los Ángeles 
(UCLA). 

Magali Delmas, economista medioambiental del Institute of the Environment and Sustainability de dicha Universidad y de la UCLA Anderson School of Management, y Sanja Pekovic, de la Universidad Paris-Dauphine de Francia, han sido las primeras personas que han estudiado cómo el compromiso medioambiental de una empresa afecta a su productividad. 

Sus hallazgos han aparecido publicados en el 
Journal of Organizational Behavior, informa la UCLA en uncomunicado. 

Más de 5.000 empresas analizadas 

“Adoptar prácticas ecológicas no es solo bueno para el medioambiente, sino también para los empleados y para los resultados netos de las empresas”, afirma Delmas. 

La razón: los trabajadores de empresas de este tipo se encuentran más motivados, reciben más preparación y se benefician de mejores relaciones interpersonales. Gracias a todo ello, son más productivos que los empleados de firmas más convencionales, asegura la investigadora. 

Para su estudio, Delmas y Pekovic recopilaron datos de una encuesta realizada a trabajadores de 5.220 compañías francesas. De cada una de ellas, fueron seleccionados al azar dos trabajadores. En total, la encuesta fue realizada a más de 10.000 personas. 

Entre las empresas analizadas, las ecológicas fueron aquellas que habían adoptado estándares ecológicos internacionales, como la 
norma ISO 14000 de gestión ambiental, que se comenzó a publicar en 1996 tras el éxito de la serie de normas ISO 9000 para sistemas de gestión de la calidad. 

La productividad de todas las compañías fue determinada con un logaritmo aplicado a su 
valor añadido (ingresos menos costos), dividido por el número de empleados. 

Este cálculo arrojó el valor medio de producción por trabajador, y reveló que los trabajadores de compañías ecológicas eran un 16% más productivos de media en empresas que habían adoptado voluntariamente los estándares antes mencionados, que los empleados de compañías más tradicionales.

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Por otro lado, las encuestas realizadas revelaron que el nivel de capacitación que los empleados recibían y la frecuencia con que estos interactuaban con otros trabajadores era mayor en las empresas que han adaptado estándares ecológicos internacionales. 

Según Delmas, en este sentido, “hay verdaderamente una gran diferencia entre las empresas que han adoptado estas prácticas ecológicas y las compañías que no lo han hecho”. Todo ello resulta en un aumento de la productividad de los empleados. 

Para la investigadora, esto demuestra que las certificaciones ecológicas pueden ser usadas por los directivos para aumentar la productividad de sus empresas, y por los inversores como un indicador de buenas prácticas de gestión en cualquier compañía. 

En el primer sentido, Delmas añade que “las 
prácticas ecológicas hacen a las empresas más atractivas, porque mucha gente quiere trabajar para compañías de este tipo”. 

Pero no solo eso, además, en estas empresas “la gente quiere trabajar más”, lo que refleja un “cambio en las actitudes de los trabajadores”. 

El círculo virtuoso 

El efecto del aumento en la productividad de los empleados tendría su origen en el aprecio de estos por su lugar de trabajo, explica Delmas. 

Las certificaciones ecológicas, especialmente la ISO 14001, incluye la formación de los trabajadores sobre el compromiso medioambiental de sus compañías, y requiere que los empleados de todos los departamentos trabajen con estas para reducir el impacto medioambiental de las organizaciones. 

Esta preparación ayuda a los trabajadores a identificarse con sus oficinas, promueve la cooperación entre departamentos y aumenta la implicación de los empleados. 

Todo ello deviene en un “círculo virtuoso”, que es lo opuesto a un círculo vicioso, añade Delmas. El resultado es que las compañías que adoptan estas políticas tienden a mejorar en otros aspectos. 

Ejemplos concretos de este fenómeno son 
Patagonia, una compañía de ropa deportiva famosa por prácticas sostenibles o el Hotel Ambrose de Santa Mónica, California, que ha adoptado una amplia gama de medidas para la sostenibilidad, que han hecho que sus trabajadores se sientan más felices y sanos. 

Delmas concluye: “Espero que los directivos tengan en cuenta estos resultados y que comprendan el potencial (de las prácticas ecológicas) para sus compañías y trabajadores”.

Referencia bibliográfica 

Delmas, Magali A. and Pekovic, Sanja, 
Environmental Standards and Labor Productivity: Understanding the Mechanisms that Sustain Sustainability (August 10, 2012). Journal of Organizational Behavior, Forthcoming.

http://www.tendencias21.net/Los-trabajadores-de-empresas-ecologicas-son-un-16-por-ciento-mas-productivos_a13077.html

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