Aunque
las cifras macroeconómicas sitúan a España por encima de la Unión Europea, las
pequeñas firmas prefieren ser más prudentes en su valoración de la economía.
Estabilidad y tímido crecimiento definen su situación actual.
Un crecimiento de más
del 40% en el primer semestre de 2015, hasta alcanzar una facturación de siete
millones de euros, es lo que ha logrado Paradigma, especializada en la
transformación digital de las empresas. Su presidente, Óscar Méndez, es
ambicioso y prevé duplicar su volumen de negocio antes de que acabe el año. La
pyme madrileña, que ha contratado a 50 nuevos empleados para apuntalar este
crecimiento, ha logrado estas cifras gracias a la consecución de diferentes
proyectos, sobre todo a nivel nacional, lo que confirma que la recuperación, al
menos en sectores como el tecnológico, ha llegado para quedarse.
"La situación es
variopinta dependiendo de la comunidad autónoma y del área, pero lo que sí
coincide en la gran mayoría de los casos es que el panorama ha ido a mejor en
el último año. Donde no se ha producido un crecimiento está habiendo al menos
estabilidad, algo que se valora de manera positiva después de años de cierres
de negocios y caídas espectaculares de las ventas", explica Miguel Ángel
Robles, cofundador y presidente de Iniciativa Pymes, que organiza eventos para
las pequeñas y medianas empresas en 24 ciudades distintas.
No es igual de
optimista Ángel Monroy, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de
Madrid, quien considera que el alza en las ventas está demasiado localizado,
sobre todo en el turismo. "Aún cabe la duda de si la estacionalización de
determinados sectores es la responsable de esta mejoría o la recuperación es
real y afecta todos los ámbitos", subraya.
La previsión de
crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) para España se sitúa en un
3,1% del PIB en 2015 y un 2,5% en 2016, muy por encima de la zona euro (1,5% y
1,6%, respectivamente). "La macroeconomía se toma su tiempo para verse
reflejada en la microeconomía", insiste el presidente de AJE, quien alerta
que estos porcentajes apenas se sienten en las compañías de menor tamaño.
La internacionalización seguirá siendo un eje
fundamental para el aumento de las ventas
A pesar de ello, los
pequeños empresarios, que suponen el 60% del PIBy concentran cerca del 90% del
empleo privado, también aportarán su granito de arena a la consecución de estas
cifras, sobre todo en el último trimestre de este año y de cara a 2016, siempre
y cuando la estabilidad actual se mantenga.
Este panorama de cierto
optimismo está acompañado de un aumento de la demanda interna, lo que se
traduce en un consumo mayor. Sin embargo, este incremento se ha concentrado en
las grandes multinacionales, que se centran en una estrategia de precios muy
ajustados. Aun así, las ventas del comercio minorista subieron un 3,2% en
agosto respecto al mismo mes del año anterior. Poco a poco, los buenos datos
también están llegando.
Por eso, las pymes han
de mantener firme su apuesta por los mercados exteriores. Así lo considera
Marta Beltrán, directora de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa
Familiar de Madrid (Adefam), quien insiste en que se debe reforzar aún más la
internacionalización.
No son los únicos
retos que la experta considera cruciales para los próximos meses. Apoyada en
una encuesta realizada a los miembros de su asociación, destaca que es clave
una mayor generación de actividad y que las compañías aumenten su tamaño para
ser más fuertes y competitivas. Las empresas medianas aguantan mejor los
vaivenes de la economía, ya que suelen tener un mayor músculo financiero y una
estructura más firme y consolidada.
Los empresarios piden más planes públicos para
incentivar la demanda interna
David Heras, director
general de Hiscox España, compañía de seguros corporativos, indica que la
creciente confianza y la recuperación que paulatinamente están experimentando
las pequeñas y medianas firmas se apoya en una estrategia centrada en la
innovación y en la exportación. "Es muy positivo ver que en materia de
innovación, España es líder y que nuestras entidades financieras están
respaldando a las pymes con la concesión de más créditos", señala.
Para afianzar la
recuperación, los pequeños directivos tienen sus propias sugerencias. El
presidente de AJE Madrid, que aboga por una bajada de impuestos y más planes
para incentivar la demanda, indica que "la inversión pública es
fundamental para acompañar las que ya hacen los propios empresarios".
La rigidez de los
sistemas de contratación y despido es también uno de los problemas que ven las
firmas familiares para ser capaces de cumplir sus objetivos de crecimiento.
Todo sea porque, como
asegura el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, se sienten las bases del
crecimiento y de la creación de empleo. A su juicio, los pequeños negocios empiezan
a "vislumbrar el futuro". Un futuro prometedor, aunque todos los
expertos coinciden que aún queda mucho por hacer y andar hasta volver a las
cifras de antes de la crisis.
Reclamaciones de las
pymes para facilitar su crecimiento
·
Las trabas
burocráticas siguen siendo uno de los principales lastres. Por eso, una
simplificación administrativa que les evite ir de ventanilla en ventanilla para
cumplir con los trámites obligatorios podría ayudarles en su día a día.
·
Aunque la
Administración ya ha dado algunos pasos para acabar con la morosidad, son
necesarias acciones más contundentes para que el cobro se realice cuando marca
la ley. Un regimen sancionador podría ser la solución.
·
El acceso de la
financiación no está entre los primeros problemas de las compañías, pero sigue
suponiendo un freno para su crecimiento. Es clave una mejora paulatina de las
condiciones, tanto del crédito bancario como alternativo.
·
El coste por
trabajador supone alrededor de un tercio de su sueldo, que la empresa ha de
pagar a la Seguridad Social, cuando no existen deducciones.
·
Su reducción es una
demanda constante de todas las organizaciones.
·
Para una mayor
competitividad, tanto los gerentes como sus empleados deberían mejorar su
formación. Es necesario un aumento de los fondos destinados a educación y una
mayor flexibilidad en el pago de los cursos.
·
Otra de las
reclamaciones habituales es un reparto más justo de los impuestos. Por ejemplo,
el IBI y el IAE han subido hasta un 60% y un 40%, respectivamente, sin tener en
cuenta ni el tamaño ni la situación de cada una de las firmas.
Los
cinco grandes retos
1.
Un
mayor acceso a la financiación.Los bancos han vuelto a apostar por las pequeñas y medianas
empresas. El precio del crédito se ha reducido claramente en los últimos meses
y, en la actualidad, no llega de media al 3,5% para aquellos préstamos de menos
de un millón de euros. Esto representa mínimos históricos, según el Banco de
España, lo que se percibe como buenas noticias para las pymes, ya que
normalmente sus proyectos no superan esta cifra. Sin embargo, más problemas
tienen en la financiación de circulante, ya que los intereses rondan el 8%. Por
eso, los empresarios solicitan que las entidades, que siguen siendo el
principal apoyo financiero de las pymes, hagan un esfuerzo extra.
2.
Pymes
por el mundo. Muchas empresas,
independientemente de su tamaño, han visto en la exportación su salida ante la
contracción de la demanda interna de los pasados años. Esta tendencia va a
mantenerse en los próximos ejercicios, ya que las pymes han comprobado sus
beneficios, como pueden ser la multiplicación de los mercados o la reducción de
riesgos gracias a la diversificación. El aumento de la internacionalización
será especialmente fuerte en zonas como Levante, donde ya se está registrando
un crecimiento de dos dígitos. En el resto de las regiones, los empresarios
reclaman un mayor apoyo de las administraciones públicas.
3.
Ventas
en el pequeño comercio.
El consumo está aumentando y la facturación está mejorando en el comercio. Sin
embargo, estos datos positivos parece que, de momento, sólo han llegado a las
grandes cadenas. En el caso de las tiendas de proximidad, las cifras de ventas
se mantienen estables, aunque bien es cierto que el cierre de negocios, que fue
constante durante la crisis, ya no lo es. Aunque no hay un crecimiento claro en
la facturación de las pymes, hay que tener en cuenta que sus ventas cayeron un
23%, según datos del INE, por lo que la estabilidad actual se ve de forma
positiva, por parte de los expertos.
4.
Cobro
de las facturas a tiempo.
El retraso en el cobro de las facturas es uno de los grandes problemas que aún
persisten para las pymes. Esta circunstancia les impide contar con circulante
suficiente para afrontar, a su vez, los pagos, lo que les obliga a solicitar el
dinero en un mercado con intereses muy altos. Recientemente, se ha introducido
una modificación en la ley que regula los contratos con el Estado, por la que
se penalizará a aquellos subcontratistas que no paguen en plazo. Esta medida
está encaminada a tratar de reducir los 180 días que tardan en pagar las
facturas las empresas del Ibex 35.
5.
Empleo
generalizado y estable.
La creación de empleo ya empieza a notarse en las empresas más pequeñas. Casi
la mitad de ellas prevé ampliar la plantilla, según datos de la Asociación para
el desarrollo de la empresa familiar (Adefam), aunque gran parte de esos
contratos será temporal. El sector servicios será el que se beneficie de esta
mejoría, ya que los datos en la pequeña industria o agricultura no acaban de
despegar. En lo que sí coinciden todos es en su petición al Gobierno para que
implante medidas que faciliten la contratación. En este sentido, solicitan una
bajada de los costes sociales por cada empleado.
http://www.expansion.com/pymes/2015/10/05/5612b267ca474108318b459f.html
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