Las empresas afrontan la presión de producir más ecológicamente.
Parques industriales ecológicos podrían ayudar.
Las industrias indias, hambrientas de energía, necesitan
tecnologías limpias.
El ministro de Medio Ambiente de la India, Jairam Ramesch,
recuerda a menudo que el subcontinente, en su rápida evolución hacia una nación
industrializada, debería apostar por una estrategia de crecimiento basada en un
bajo nivel de emisiones de CO2. Un concepto especialmente válido para aquellos
sectores con un elevado consumo de energía, como la industria papelera, la del
cemento, electricidad, fertilizantes o textil. Muchas de estas fábricas se
asientan en parques industriales estatales y contaminan el aire y el agua. Una
contaminación que, a menudo, se extiende también a los terrenos.
Los denominados parques industriales ecológicos podrían
contribuir a evitar la extensa contaminación industrial. El término designa a
aquellos complejos industriales en los cuales las empresas cooperan entre ellas
para compartir recursos y utilizarlos de forma más eficiente. Desde terrenos y
materiales hasta conocimientos y energía, pasando por transportes.
El uso de las denominadas "energías verdes" también
juega un papel destacado en los parques industriales ecológicos. La idea que
subyace: las empresas deben reducir su propia huella de CO2 y contribuir a un
desarrollo sostenible.
Parques industriales ecológicos por actualizar
Fábricas altamente contaminantes forman parte de lo cotidiano en
la India
En el estado federado indio de Andhra Pradesh, en el sureste del
país, la alemana Sociedad de Cooperación Internacional (GIZ) participa en la
construcción de parques industriales ecológicos. El objetivo, transformar las
instalaciones ya existentes en complejos más respetuosos con el medio ambiente.
Muchos de los parques industriales tienen más de 30 años de antigüedad y acogen
a centenares de pequeñas y medianas empresas pertenecientes a sectores tan
diversos como la alimentación, la fabricación de maquinaria o la industria
química. La "actualización" de los parques para adaptarlos a las
exigencias de la producción "ecológica" incluye la instalación de
nuevos sistemas de alcantarillado, de colectores de agua de lluvia y de
iluminación con placas solares.
El gran reto, sin duda, pasa por convencer a los gestores de los
parques y a las empresas allí instaladas de invertir el dinero necesario.
"El problema no es solamente la falta de una infraestructura básica y de
una conciencia sobre la problemática", explica N. Raghu Babu, experto en
desarrollo industrial sostenible que trabaja para la GIZ. "A ello hay que
añadir el hecho de que, en la India, todas las empresas -incluidas aquellas
asentadas en parques industriales- actúan de forma individual y exclusivamente
en función de sus propios intereses. Apenas sí existe una conciencia sobre la
necesidad de utilizar los recursos de forma conjunta", afirma Raghu Babu.
"Más importante que nunca"
El principio según el cual las empresas cooperan y comparten
recursos y conocimientos es una idea fundamental en el desarrollo de parques
industriales ecológicos en todo el mundo. Diferentes variantes de este concepto
abundan cada vez más en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, la
mayoría de los parques ecológicos se encuentran todavía en Europa y América del
Norte.
Ray Coté es profesor emérito de la Universidad de Dalhousie, en
la ciudad canadiense de Halifax, y se ocupa de los parques industriales
ecológicos desde principios de la década de los 90 del siglo pasado. Según Coté,
un ejemplo especialmente destacado de parque ecológico lo hallamos en Devens,
en el estado de Massachusetts, en el noreste de Estados Unidos.
Las autoridades locales han convertido una antigua base militar
en un parque industrial ecológico que ha dado una nueva vida a la región. Allí,
las compañías instaladas son animadas a emplear productos derivados y residuos,
así como a compartir los costes del transporte y de la formación.
Según Coté, son varias las empresas alemanas del sector químico
que ya han convertido sus instalaciones en parques industriales eficientes
desde el punto de vista energético. Como, por ejemplo, en el barrio de Höchst,
en Fráncfort. Las empresas de los sectores farmacéutico y químico allí ubicadas
cooperan en el ámbito de la logística y de la eliminación de residuos.
"Parques de este tipo son hoy en día más importantes que
nunca", explica Coté, quien añade: "debemos encontrar una vía para
desarrollar las capacidades industriales dentro de los límites ecológicos y
compensar aquellas prestaciones que aporta el ecosistema y que se pierden
cuando utilizamos los recursos naturales". Una posibilidad pasa por el
empleo de sistemas que reciclen materiales y recursos.
El parque industrial ecológico de Kalundborg es uno de los más
modernos del mundo.
El modelo "Residuo Cero"
Un parque industrial ecológico que desde hace tiempo aplica
exactamente este modelo se encuentra en la ciudad danesa de Kalundborg, cerca
de Copenhague. Construido en 1961, el parque acoge a alrededor de treinta
empresas y está considerado en todo el mundo como ejemplo de proyecto
industrial ecológico.
Aquí, los residuos de una fábrica se convierten en recursos para
otra: por ejemplo, el vapor generado por una central de energía es acumulado y
utilizado en el proceso de producción de una empresa farmacéutica. El calor
perdido se emplea para calentar los complejos residenciales de la zona. El
yeso, otro subproducto procedente de la central de energía, es utilizado por
una fábrica de placas de yeso en la elaboración de sus productos. Una granja
local también utiliza la crema de levadura procedente de una fábrica
farmacéutica como alimento para sus cerdos.
"Las empresas reciben materiales que necesitan. El material
es reciclado y, de esta manera, el proceso de producción resulta mucho más
limpio", explica Berndt Jespersen, asesor técnico del proyecto Kalundborg.
Crecimiento limpio
Para las empresas que se asientan en los parques industriales
ecológicos se trata, sin duda, de una oportunidad para apostar por prácticas
más "verdes". Pero hay un motivo aún más importante para instalarse
en un parque industrial ecológico: el efecto positivo sobre las propias
cuentas.
Los parques industriales ecológicos son especialmente ventajosos
para las pequeñas empresas.
Lykke Schmidt es directora de actividades internacionales del
gigante farmacéutico danés Novo Nordisk, que ha ubicado su producción de
insulina en Kalundborg. Según Schmidt, su empresa ha podido "reducir
costes de forma considerable" gracias a que los recursos ya existentes en
el parque industrial le han permitido ahorrarse el tener que producir vapor
para su propio consumo.
Además, las instalaciones de la empresa en Kalundborg han
generado interés en el extranjero, especialmente en China, dado que en el
parque se escenifica "cómo una empresa puede crecer y, al mismo tiempo,
minimizar los efectos sobre el medio ambiente". Algo especialmente
interesante para los países en vías de desarrollo.
Eficiencia energética: "buen sentido del negocio"
N. Raghu Babu comparte esta visión y remite a un programa de
entrenamiento para catorce empresas asentadas en el proyecto de parque
industrial ecológico de Andhra Pradesh. El programa sirvió para convencer a las
compañías para invertir en una planta de recuperación de residuos.
El motivo, el cálculo que Raghu Babu les presentó: reducir el
derroche de energía a través de aislamientos insuficientes, canalizaciones y
refrigeración supondría un ahorro de 25 millones de rupias (alrededor de
390.000 euros) en ocho meses.
"Apostar por la eficiencia energética es, sencillamente,
tener un buen sentido del negocio. El ahorro es enorme y las inversiones que
conlleva suponen, a largo plazo, una relación coste-eficacia mucho mejor",
afirma N. Raghu Babu, "y el medio ambiente y el clima también se
benefician de ello".
Autor:
Sonia Phalnikar
Redacción: Emili Vinagre
Redacción: Emili Vinagre
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