·
cambios de ánimo o de conducta, por ejemplo problemas con los
compañeros, sensación de irritabilidad e indecisión o problemas de rendimiento
en el trabajo.
·
sensación de no poder hacer frente al trabajo o de no tenerlo
bajo control;
·
aumento del consumo de alcohol o tabaco, o incluso consumo de
drogas, y
·
problemas de salud, como jaquecas frecuentes, insomnio y
trastornos digestivos
La
reducción del estrés laboral y los riesgos psicosociales no es sólo una
obligación moral, sino también un imperativo legal. Justifican asimismo la
reducción del estrés sólidos argumentos económicos. Se calcula que, en el año 2002, el coste
económico anual del estrés laboral en la UE-15 fue de 20.000 millones de euros.
El
estrés laboral se puede evitar y las medidas para mitigarlo pueden ser
relativamente baratas de aplicar. Cada lugar de trabajo es diferente y las
prácticas de trabajo y las soluciones a los problemas deben adaptarse a las
distintas situaciones mediante una evaluación del riesgo.
No
obstante, los riesgos psicosociales raras veces son únicos y pueden aplicarse
soluciones similares a diferentes sectores, a empresas de distintos tamaños y
en distintos Estados miembros.
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