Los tuits de la
presidenta argentina sobre sus socios chinos fueron motivo de polémica en los
medios del mundo. ¿Es viable el estilo comunicacional del gobierno? ¿Fue falta
de tacto o una maniobra distractoria?
La visita a China de Cristina Fernández de Kirchner, desde el 2
hasta el 5 de febrero, tuvo por objetivo cerrar diferentes acuerdos en materia energética,
lo que resultó en importantes convenios comerciales y proyectos de
infraestructura. Las relaciones de Argentina con el gigante asiático parecen
fructíferas, e incluso se planea la construcción en cooperación de dos nuevas
centrales nucleares en Argentina.
Pero los tuits presidenciales provocaron una lluvia de críticas
al estilo comunicacional de la mandataria en diversos medios de la prensa
internacional. Cristina Kirchner ironizó usando en broma la pronunciación del
español por los chinos, que transforma las “r” y “rr” en una “l, comentando
sobre el foro de empresarios de los dos países que acababa de clausurar, y
escribió: "Más de 1.000 asistentes al evento? ¿Serán todos de La Cámpola
–en referencia a las críticas de sus opositores, que dicen que sus actos son
multitudinarios solo porque asisten los miembros de la agrupación juvenil La
Cámpora, a quienes se las paga o se los obliga a hacerlo (N.de la R.)- y
vinieron sólo por el aloz y el petlóleo? (sic)".
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"Algo que se
agrandó sin sentido". “Insólito humor chino de Cristina Fernández”, tituló el diario
ABC, de Madrid. “Argentina's President Mocks Chinese Accents During Visit to
China“, escribió, por su parte, el New York Times. “Enojo por tuits racistas”,
encabezó Der Spiegel. ¿Se puede permitir una mandataria hacer un comentario de
ese tipo aludiendo en broma a un socio comercial, o sobre cualquier
característica de la idiosincracia de otro país?
Según Gabriel Rocca, sociólogo, periodista, especialista en
economía política y editor de diversas publicaciones de divulgación científica
de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la
polémica desatada es “un tema que nunca debería haber sido tema, algo que se
agrandó sin sentido, producto de una campaña mediática contra el gobierno
argentino de parte de los grupos de medios dominantes en la Argentina,
encabezados por el Grupo Clarín.”
De acuerdo con el experto, la información que circula desde
Clarín, que es parte de conglomerados mediáticos internacionales, es replicada
luego por los otros medios, lo cual además es reflejado por las agencias, con
el enfoque de los medios dominantes. “Pero es un error pensar que su tuit
contiene una ironía hacia China: esa ironía está dirigida hacia los medios y
opositores locales, que una vez más lo dan vuelta y lo manipulan en su propio
provecho.”
“Falta de
sensatez”. Dejando a un lado
el hecho concreto de que el Grupo Clarín maneja 300 medios en Argentina, y de
la innegable tendencia a monopolizar la información, que es un fenómeno global,
¿está el estilo de esos tuits de Cristina Fernández en concordancia con la tarea
y la imagen de la máxima representante de un país? Para Bernd Pickert, redactor
de la sección Internacional del renombrado periódico alemán Tageszeitung (TAZ),
de orientación política de izquierda, “se trata de un increíble paso en falso”.
Independientemente de que la presidenta argentina haya firmado o
no acuerdos comerciales con China, “ningún mandatario puede permitirse hacer
bromas sobre el país anfitrión”.
Bernd Pickert dice que el asunto tiene dos lecturas posibles:
por un lado, la falta de tacto y sensibilidad, además de habilidad diplomática,
y, por el otro -tal vez el más importante- lo que toca el aspecto de política
interna en Argentina. La broma de Fernández “demuestra la enorme presión bajo
la que se mueve la presidenta en estos momentos, tanto en lo económico como en
lo político, en esto último en especial por la conmoción por la muerte del
fiscal Alberto Nisman”, resalta Pickert.
El hecho de haber bromeado de ese modo sobre los chinos no en su
círculo privado, sino a través de Twitter, donde tiene más de tres millones de
seguidores, “es simplemente falta de sensatez, y la presidenta traspasó una
frontera que una jefa de Estado no se puede permitir. “A nivel de política
interna”, señala Pickert,”Cristina Kirchner se presentó con una sorprendente
falta de habilidad para las relaciones exteriores, algo que no puede hacerle
ningún bien a su imagen."
“Los medios
tratan de hacer invisibles los logros de la presidenta”. De acuerdo con Gabriel Rocca, los medios someten permanente las
informaciones sobre las reformas y progresos del gobierno argentino a un
proceso de “invisibilización”. “Le dieron una manija impresionante a algo que
no tiene mayor importancia”, subraya. Según el sociólogo, “es difícil entender
la realidad político-mediática argentina si uno no vive aquí ni sabe lo que
ocurre desde que se votó la Ley de Medios en el país, en 2007.” Y da el ejemplo
de la Ley de Movilidad Jubilatoria, gracias a la cual los jubilados reciben dos
aumentos por año.
“La discusión que abrió Clarín no fue acerca del aumento a los
jubilados, sino en torno a si estaba bien que la presidenta hiciera el anuncio
de los aumentos en silla de ruedas, diciendo que quiere dar lástima, que se
hace la víctima. Se la quiere hacer quedar como frívola criticando la ropa que
se pone, su peinado. Hasta se generó una polémica porque se puso calzas, y eso
se utiliza para generar agenda temática, para que al otro día no se discutan
las reformas y leyes”, explica.
"Expresión
poco inteligente servida en bandeja". Para Bernd Pickert, sin embargo, Cristina Fernández se ganó las
críticas por los tuits "en chino" por mérito propio.“Todos las
empresas mediáticas funcionan del mismo modo. Nuestro periódico no es la
excepción: si un medio recibe casi en bandeja una expresión tan poco
inteligente de un representante de la clase política, la utiliza, y eso lo
saben los políticos, y por eso lo evitan.”
Según Pickert, los tuits de Kichner difícilmente hayan sido una
maniobra distractoria. Pero, remarca, "seguramente, si en Argentina se
abriera un verdadero y amplio debate sobre el contenido de estos acuerdos
comerciales con China, y sobre la situación en la que viajó Cristina Kirchner a
China, en busca de apoyo financiero, no sé si la presidenta quedaría tan bien
parada.”
Argentina está bajo una enorme presión porque debe obtener
acceso a líneas frescas de crédito, y eso es aprovechado por los chinos, dice.
“Algunos de los puntos de los convenios con China fueron muy criticados por
algunas agrupaciones de izquierda de Argentina, como la venta de recursos
nacionales a China y las consecuencias que eso tendrá para el
medioambiente."
http://www.americaeconomia.com/politica-sociedad/politica/la-broma-china-de-cristina-fernandez-un-asunto-sin-importancia
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