UN NUEVO Y DESAFIANTE PANORAMA INTERNACIONAL PARA AMÉRICA LATINA EN
2015
crecimiento de las economías de Latinoamérica ha defraudado en
los últimos trimestres las expectativas tanto de las instituciones privadas
como de los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional
(FMI) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Un hecho que ha provocado una continua revisión a la baja de las últimas
proyecciones. Con estos antecedentes se llega al comienzo del 2015, un
ejercicio sobre el que los economistas y analistas se muestran muy cautelosos.
El ritmo de crecimiento del
Producto Interior Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe mantiene una clara
línea descendente durante los últimos años. Se incrementó a un ritmo del 6,2%
en 2010, del 4,6% en 2011, del 2,9% en 2012 y del 2,7% durante 2013. La región
se ha visto claramente beneficiada los últimos ejercicios por el encarecimiento
de los precios de las materias primas, especialmente provocada por la demanda
de China. Pero el boom de los precios de las materias primas se dio por agotado
en 2011.
Previsiones generales
El FMI prevé que la región
cierre el año 2014 con un crecimiento de apenas el 1,3% (solo una vez en los
últimos 12 años se ha registrado una tasa de crecimiento más baja) y del 2,2%
en 2015, según el ultimo informe sobre las perspectivas económicas para la
región publicado por este organismo el pasado mes de octubre y titulado
Perspectivas económicas: Las Américas. El FMI señala que existen importantes
riesgos para las economías de los países sudamericanos durante 2015. Entre
ellos, destaca la posibilidad de que la demanda global de materias primas sea
menor a lo esperado, por ejemplo, a raíz de una mayor desaceleración en China.
La consiguiente disminución de los precios de las materias primas, los
volúmenes de exportación y la confianza de los inversores golpearía con
especial dureza a las economías de América del Sur, según el organismo. También
indica que las perspectivas económicas podrían verse afectadas por un
resurgimiento de la volatilidad en los mercados financieros si las tasas de
interés en Estados Unidos aumentaran de forma más abrupta de lo previsto. “Más
allá de estas fuentes externas de riesgo, los países deberán gestionar con
cuidado los desafíos políticos que planteará un menor crecimiento a nivel
domestico”, avisa el FMI en el mencionado informe.
Germán Rojas, director de
la Licenciatura en Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México
(ITAM), cree que la clave para el crecimiento de cada economía latinoamericana
dependerá de su dependencia del exterior. “Cada país crecerá de acuerdo a su
relación con la economía internacional. Aquellos países que dependen de
productos como el petróleo tendrán un desarrollo incierto, ya que la reducción
en el precio internacional ha ocasionado que se vean mermadas sus finanzas
públicas y, en consecuencia, que el riesgo aumente”, indica.
Como
aspecto positivo de cara a 2015, señala “el crecimiento sólido de la economía
norteamericana, que ocasionará que las importaciones aumenten, generando empleo
y crecimiento en Latinoamérica”. Sin embargo, advierte de que “la volatilidad internacional que
países como Rusia, Venezuela y México podrá influir negativamente en el
crecimiento económico de la zona”.
Rojas es claro al señalar
los retos a los que se enfrentarán las economías latinoamericanas durante los
próximos doce meses: “el mayor riesgo es la caída en el precio del petróleo,
pero también serán un punto negativo la desaceleración de la economía de China,
la Unión Europea y de Rusia”. Este profesor del ITAM cree que para hacer frente
a estas dificultades “en el corto plazo los países solo podrán hacer ajustes
fiscales, lo cual generará, dada la resistencia de los gobiernos a reducir el gasto
público, más impuestos y deuda”. Sin embargo, cree que esta medida “generará un
mayor ambiente de incertidumbre”, por lo que “la única solución posible es un
esfuerzo fiscal serio, aunque no parece que esté considerado en la agenda
política de los gobiernos latinoamericanos”.
Evoluciones dispares pero problemas comunes
El estudio titulado
Perspectivas económicas de América Latina 2015, elaborado por la OCDE, el Banco
de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL), sitúa el crecimiento de Brasil
(séptima economía del mundo) en el 1,3% para 2015, recuperándose desde el 0,2%
de 2014. Al mismo tiempo, este informe prevé un avance del 3,2% en la economía
de México, del 3,0% en Chile y del 4,3% en Colombia. Los países con una
evolución más débil del PIB seguirán siendo Argentina y Venezuela.
El informe Perspectivas
económicas de América Latina 2015 señala que una de las principales
preocupaciones en estos momentos es que las bajas tasas de crecimiento
previstas para la región en los próximos años, cercanas o por debajo del 3%, no
representen una desaceleración temporal, sino que reflejen un crecimiento
potencial más bajo que el habitualmente estimado. La OCDE, el CAF y la CEPAL
indican que en el largo plazo las modestas perspectivas de crecimiento para la
región recuerdan la necesidad de avanzar en el ámbito de las reformas
estructurales para impulsar el crecimiento potencial con equidad, dentro de las
cuales el fortalecimiento de la educación, las competencias y la innovación son
clave. Y es que consideran que la evolución de la productividad en América
Latina es decepcionante con respecto a otras economías emergentes. Una mayor
productividad permitiría además avanzar hacia un crecimiento más inclusivo, y
reducir los elevados niveles de desigualdad y de pobreza.
Rojas
estima que los países que están en una situación de mayor debilidad y, por lo tanto,
lo pasarán peor los próximos meses son Venezuela, Brasil y México, “ya que
parte de su riqueza depende del petróleo”. “En el caso de México, además, está
la incertidumbre social y la falta de rumbo político y económico”, añade.
Respecto a Argentina, señala que “sigue presentando debilidad e incertidumbre”.
Por el contrario, las economías que ve más fuertes para enfrentar los desafíos
económicos más próximos para la región son la de Chile, Perú y Colombia. “Son
países que se ven sólidos”, apunta.
Mauro Guillén, director del
Lauder Institute de Wharton, advierte que América Latina es una región muy
grande, por lo que se pueden observar grandes diferencias en el comportamiento
de las economías. A su modo de ver, se pueden distinguir tres principales
áreas. “La primera de ellas es México y América Central, que exporta
básicamente productos manufacturados, principalmente a Estados Unidos. Las
economías de estos países no lo están haciendo mal, sobre todo ahora que la
actividad estadounidense se está recuperando, pero podrían hacerlo mucho mejor
en la medida en que la economía estadounidense se recupere por completo”,
explica.
La segunda sub-región,
apunta Guillén, es gran parte de América del Sur, donde la mayoría de los
países son fundamentalmente exportadores de materias primas y energía, en gran
parte, productos agrícolas y minerales como el hierro. “Estos países, entre
ellos Brasil, han sido golpeados por la desaceleración de la demanda de sus
exportaciones de materias primas procedentes de China. A menos que China crezca
más rápido, estos países no lo pasarán bien”, señala.
Y finalmente, la tercera sub-región
sería la que comprende los países de Bolivia, Venezuela y Argentina. “Estos son
lugares donde los problemas son esencialmente auto-infligidos por sus políticas
populistas, que han desalentado la inversión extranjera y el comercio”, opina.
Brasil
Felipe Monteiro, miembro
del Instituto Mack de Wharton, cree que 2015 no será un buen año para Brasil,
pero tampoco especialmente malo. “Es importante señalar, para contrarrestar
previsiones negativas, que, aunque las exportaciones de Brasil son muy dependientes
de las materias primas, la mayor parte del PIB del país no proviene de las
exportaciones. Las exportaciones son sólo una pequeña parte del PIB. Por lo
tanto, el deterioro que pueda sufrir la balanza comercial no significará
necesariamente un gran daño para el PIB brasileño”, argumenta.
Respecto a 2015, Monteiro
espera que sea un año de “limpieza”, en el que el Gobierno tiene que poner la
economía en orden y tomar medidas que no son populares, pero que son
importantes para afrontar los desafíos fiscales que tiene Brasil. “Este será un
año para cambiar las cuentas públicas, lo que implicará la creación de nuevos
impuestos, no sólo en la gasolina, sino también en sectores que ahora tienen
algunas ventajas fiscales. El Ejecutivo debe estudiar seriamente la manera de
recaudar más”, asegura. Monteiro confía en que el recién nombrado ministro de
Economía, Joaquim Levy, tome las medidas que necesita el país.
México
En cuanto a México, Guillén
señala que, en los últimos años, “ha hecho progresos en varios frentes, pero lo
que realmente ayudará al país será que la economía de Estados Unidos lo haga
bien”. Destaca que, a medida que México se ha industrializado, su flujo de
exportaciones ha pasado a depender cada vez menos de los precios de las
materias primas, para ser cada vez más dependientes de los mercados económicos
globales por la producción de bienes manufacturados, especialmente vehículos y
equipos electrónicos.
Al igual que Brasil, México
se enfrenta a importantes retos políticos que podrían empañar las buenas
perspectivas de crecimiento. Guillén señala que “el nuevo presidente de México
(Enrique Peña Nieto) llegó al poder con una agenda muy ambiciosa, aunque en
estos momentos se encuentra algo estancada”. Para este profesor de Wharton,
“las reformas son esenciales, ya que el país tiene un gran potencial en ciertas
industrias que atraerían mucha más inversión extranjera si se liberalizaran”.
Guillén cree que, en general, muchos cambios están ocurriendo en México y, en
su mayor parte, el futuro se ve mejor que en el pasado más reciente. “A pesar
de ello, no estoy 100 por ciento optimista al respecto. Hay un montón de
cuestiones por resolver”, advierte.
Venezuela
La mayoría de los analistas
coinciden en señalar a Venezuela como la economía que más sufrirá durante los
próximos doce meses. Y es que, de todos los países sudamericanos golpeados por
la caída del precio del petróleo, Venezuela es el más vulnerable.
Monteiro
espera “que pase algo” en el país durante el próximo año o 18 meses porque “no
puede sostener su deuda si los precios del petróleo se mantienen en los niveles
actuales”. “Va a ser muy interesante ver el impacto de esta situación en el país. Por más que
Brasil, Argentina, Ecuador y México dependan del crudo, Venezuela es aún más
altamente dependiente del petróleo”, concluye.
http://www.knowledgeatwharton.com.es/article/un-nuevo-y-desafiante-panorama-internacional-para-america-latina-en-2015/
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