La casa con estructura de madera más grande de España, 650
metros cuadrados, gasta en electricidad, incluida climatización y agua
caliente, tan solo 140 euros al mes. Es una vivienda de consumo energético casi
nulo situada en la localidad madrileña de Torrelodones, cuyo coste de
construcción ha sido de 800 euros el metro.
Lo mismo que otro chalé en
El Escorial (Madrid) de 180 metros cuadrados. Sus propietarios son Pepe y
Carmen, un matrimonio de 73 años que pagaba 1.000 euros al mes en la calefacción
de gasóil. Vendieron su anterior casa y se construyeron una con estructura de
madera por 194.400 euros en la que gastan unos 30 euros al mes. “Se van a
ahorrar en torno a los 7.000 euros al año en climatización y agua caliente
sanitaria”, explican en 100x100madera, empresa que ha realizado estos
proyectos. “Estas casas se construyen in situ, aunque la estructura de madera
viene lista en un kit de piezas. La madera llega cortada a la medida exacta,
numerada y se monta en el terreno”, explican.
Esta misma empresa es responsable de la primera construcción que
recibe el certificado Passivhaus (del alemán casa pasiva) en la Comunidad de
Madrid. Tutelada por el Passivhaus Institut de Alemania, verifica que tiene un
consumo de energía mínimo. Monotorizada desde que finalizó su construcción en
otoño pasado -se edificó en cuatro meses-, se ha podido averiguar que el gasto
medio es de 18,5 euros al mes en climatización y agua caliente. Está en
Guadalix de la Sierra (Madrid) y se ha convertido en un showroom para que los
interesados en casas biopasivas puedan experimentar la sensación de estar en
una de ellas.
Una pareja de jóvenes barceloneses va a saberlo en breve. Está a
punto de terminar su casa, el que será el edificio más alto con estructura de
madera de Barcelona, obra de House Habitat. Se trata de una vivienda de cinco
plantas situada en pleno distrito de Gracia, de 346 metros cuadrados. Se estima
que el gasto medio mensual en calefacción, refrigeración y agua caliente sea de
62 euros. Todas estas viviendas tienen algo en común y es que su estructura
está hecha de madera, un material resistente y aislante que permite reducir el
consumo en calefacción y aire acondicionado. Además, se añaden otros
aislamientos como celulosa, fibra de madera o algodón reciclado, se utilizan
ventanas de triple cristal y, a veces, energías renovables. Con todo, se puede
llegar hasta un 90% de ahorro energético.
Unas 20.000 viviendas de madera
El uso de la madera en una estructura reduce entre ocho y 13
veces la energía necesaria en comparación con una equivalente de acero o de
hormigón armado. Además, es el material que menos energía consume para su
obtención. Aún así, sigue a la zaga del hormigón. La Asociación de Fabricantes
y Constructores de Casas de Madera de España (AFCCM) no tiene un censo, pero
calcula que puede haber en torno a las 20.000 casas. Nada que ver con otros
puntos del planeta: en Finlandia el 98% de las viviendas unifamiliares son de
madera y en EE UU o Canadá, el 80%
En el país del ladrillo existen demasiados prejuicios hacia la
madera como material estructural. “Se cree que no son consistentes, que duran
poco y, sin embargo, con buena materia prima como es el pino rojo finlandés tienen
una calidad por encima de la construcción tradicional”, apuntan en
100x100madera, que ha hecho más de 200 casas y tiene otros 44 proyectos en
curso en España. Y prosiguen: “En Finlandia hemos visto casas de madera de
troncos con 310 años de antigüedad, y nuestro fabricante finlandés Kuusamo nos
dice que estiman en 150 años la vida media de nuestras estructuras en el caso
del entramado ligero que es el que más usamos”. Esta madera procede de bosques
de Finlandia, un país donde la gestión racional bajo principios de repoblación
es un aspecto fundamental, recuerdan en la empresa Kuusamo.
El coste de estas viviendas es de
1.100 euros de media por metro cuadrado y se construyen en cuatro meses
Ahorro en los suministros de energía, pero también precio cerrado
y plazos más cortos. Se tardan unos cuatro meses para una casa de unos 150
metros –muy por debajo de la construcción tradicional, que puede estar entre
los 12 y 18 meses–, señalan en la empresa House Habitat. El coste de
construcción de una vivienda de tamaño medio se mueve en los 1.100 euros por
metro. Una casa pasiva, pero tradicional, sería bastante más cara.
“Las viviendas con estructuras de madera tienen un coste de
construcción por metro útil de entre el 10% y el 15% inferior a la obra
tradicional de hormigón. Incluyendo el 10% de IVA, la inversión total para la
autopromoción de un unifamiliar de 120 metros construidos será del orden de
130.000 a 190.000 euros”, repasa Emilio Lauro, de Canadian Nordic House
Catalunya, empresa constructora de casas canadienses en Cataluña desde 1978. El
85% de las obras de esta firma se hace en la parcela (forjados de suelo,
acabados e instalaciones) y un 15% en fábrica.
Todas estas casas cumplen los mismos requisitos legales y
constructivos que las tradicionales. Los acabados de la fachada pueden ser de
cualquier material (piedra, madera...) y los diseños son personalizados. No hay
dos casas iguales. Con posterioridad se puede ampliar o modificar su
distribución.
Las modulares, otro tipo de casas
Pero el mercado de la madera da para mucho y junto a esta forma
de construir está la que apuesta por una nueva generación de viviendas
modulares e industrializadas, hechas por completo en una fábrica. Paredes,
suelos y techos se fabrican en la línea de montaje, como ocurre con los
automóviles. “Las empresas que comercializan viviendas prefabricadas en su
totalidad se asemejan más a un fabricante que a un constructor, aunque también
deben cumplir con los requisitos de habitabilidad y seguridad, con el proyecto
visado en el colegio de arquitectos y su licencia de obras del ayuntamiento”,
explica Lauro. Estas viviendas se pueden transportar, montar y desmontar,
cambiar de posición o ubicación (siempre que no estén fijadas al suelo). Entre
sus ventajas están el precio (hasta un 35% más barato respecto a la edificación
a pie de obra), y los tiempos (son una tercera o cuarta parte que los de la
obra tradicional). Pero también la eficiencia (nueve horas de un operario de
fábrica por 30 de un trabajador en una obra por metro de unifamiliar), y la
energía (consume seis veces menos energía que en la convencional).
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